Maduro
dio las medidas de su desprecio por Venezuela.
Edgard
J. González.-
Todos los demagogos de la ultraizquierda sufren de vergorragia o
diarrea verbal, están convencidos de que mientras más hablan más admiración
generan, y por eso compiten por establecer récords de larga duración (que en
realidad son de insoportable aburrimiento). En contraste, los genuinos
estadistas se han caracterizado por su brevedad y capacidad para transmitir lo
esencial y trascendente de la manera más elegante, inteligente y amable. Logran
ser recordados con admiración por haber elaborado una obra de arte en oratoria,
en las antípodas de las camionadas de paja superficial e insultante,
característica primordial de los discursos de Fidel Castro y todos los que le
rinden culto y emulan, con lo cual heredan su innegable capacidad de aburrir y
perder el respeto, incluso de sus seguidores. Aquel a quien por obvias razones
llamo el Charlatán Eterno, ocupaba demasiadas horas de tiempo radial y
televisivo perorando sobre temas insubstanciales, adulterando a capricho la
Historia, ofendiendo y difamando a diestra y siniestra, inventando sucesos con
viejitas, con portones, con soldados, mentiras que siempre protagonizaba el
Narciso y Megalómano que pretendía pasar por persona culta, con la catarata de
citas de títulos y autores con las que maquillaba su indigente actividad como
lector, sin poder ocultar el pésimo aprendizaje que obtuvo, lo que le hacía
proferir verdaderos rebuznos (que la Humanidad existe desde hace dos o tres mil
años, que frente al edificio de las Naciones Unidas en New York vio al río
Hudson), y la patanería que engalanaba permanentemente su quehacer. Maduro no
iba a ser la excepción que confirma la regla, ni se le iba a quedar atrás.
Habló 3 horas en la AN sin dar Memoria y Cuenta del 2015, y en la reciente
cadena apenas informó de un cambio en concreto, el aumento de la gasolina,
pospuesto 17 años, todo lo demás fue el discurso tradicional, paja con la que
se podría nutrir todo el ganado de las fincas que el chavismo expropió, si no
se lo hubieran espalillado.
El común denominador del anuncio de las medidas fue la terca
repetición de la ficticia guerra económica como origen de la profunda crisis
por la que atraviesa Venezuela. Mala señal. No reconocer la realidad es signo
de esquizofrenia política, insistir en negar la responsabilidad del régimen en
la grave situación, la prolonga y profundiza, pues impide un diagnóstico
correcto, lo cual conduce a un tratamiento errado e inútil. Si a un paciente
con enfisema producido por consumo excesivo de tabaco, el médico no le prohíbe
fumar y le asegura que su condición mejorará con un cambio de clima, ese
paciente empeorará y fallecerá. Si además el galeno le obsequia un cartón de
cigarrillos, contribuye a agravar la situación. Si el régimen persiste en
acusar a la inexistente guerra económica y a la caída de los precios
petroleros, que ocurrió en la segunda mitad del 2014 y esta crisis es muy
anterior a esa fluctuación del mercado, no hay aceptación de las causas reales.
Y si las medidas no contemplan una reducción substancial del Gasto Corriente
(exceso de burocracia: 30 Ministerios y 107 Viceministerios, solamente en el
Gabinete del poder Ejecutivo. Recordemos que el candidato Chávez en la campaña
de 1998 cuestionaba que hubiera tantos ministerios -eran 10 entonces- y ofreció
reducirlos. Las Nóminas de ese tren ministerial conforman una manada de
elefantes blancos), y del Gasto en paralelo (Corporaciones creadas para desviar
recursos de Gobernaciones en manos de opositores y funcionar como competencia
de los poderes legítimos y electos, como CorpoLara, CorpoZulia, CorpoMiranda,
la Mojiganga que inventaron para que Jackeline Farías boicoteara al Alcalde
electo en la capital), más los costosos compromisos de Petrocaribe, que envían
petróleo en condiciones privilegiadas, a precios y plazos que difícilmente
redundarán en el pago efectivo de esas acreencias, algunas de las cuales ya han
sido negociadas por una parte de su valor nominal, lo que perjudica a
Venezuela. Ninguno de esos elementos mencionó el que okupa la presidencia en su
anuncio de las medidas para solventar la crisis, a pesar de que su reducción o
eliminación generaría un importante ahorro que puede ayudar a solucionar la
grave crisis a la que condujo el modelo “colectivista” que se empeñan en
profundizar.
Maduro y el chavismo, luego de 17 años en el poder, descubren
que nuestra economía es “rentista” (Aristóbulo, más Cristóbal Colón que los
otros jerarcas del PSUV, descubrió también que el socialismo, con el cual han
bautizado calles, productos en el mercado, congresos, no ha comenzado todavía,
ergo, no hay responsables por lo ocurrido desde 1999, ¡albricias!). Ahora
proponen construir un modelo productivo y socialista, suponemos que incluye
superar las aberraciones que condujeron al reparto de electrodomésticos, taxis,
bolsas de comida, los saqueos controlados tipo DAKASO, y esos -para decirlo en
lenguaje simonrodriguiano- ensayos, que
irremisiblemente iban directo al error, que es de humanos, ergo again, son perdonables.
La cuestión va en serio a partir de este momento, olvídense de los 17 años
transcurridos, pongan el kilometraje en cero, y fíjense cómo comenzamos a
producir hombres nuevos al por mayor, a más velocidad que en las plantas
automotrices de Detroit, pero con acento socialista criollo. Ahora contamos con
“motores y fuerzas productivas, y vamos a desarrollar
intensamente la Agenda Económica Bolivariana para desarrollar un nuevo sistema
económico y distributivo”. Nada qué ver con lo que hasta aquí nos trajo el río
del capitalismo burlón y decadente, que no pudimos identificar hasta antier. A
partir de la reciente cadena, Maduro coordinará la NPE de nuestro inolvidable y
siempre admirado Vladimir Ilich Lenin. La Nueva Política Económica que
transformará a Venezuela en una potencia (lo que más teme el imperio, EEUU para
los que aún no lo tienen claro), y para mayor gloria y ñapa, una potencia socialista,
con sus 10 letras y toda la carga ideológica, militar, económica y social que
eso implica. El Plan de la paaaatria incluye venderle excedentes a los países
de Norteamérica y la Unión Europea, provenientes de las exitosas empresas de
cultivos orinopónicos, gallineros verticales, sembradíos en balconcitos,
botellas, tobos, parcelas mostrencas en
pueblos y ciudades debidamente catastradas por las brigadas de hombres nuevos y
mujeres nuevas que darán un vuelco a la producción actual, e invadirán los principales
mercados del orbe, con lo que nos sobre, una vez colmada la Red de Bodegas
Revolucionarias con la que desplazaremos al corrompido esquema de pudrevales y
bicentenarios infiltrados por el enemigo. ¡ Bodega o Hambre, Improvisaremos !
Lo único concreto en todo aquel inmenso pajonal: Que el litro
de gasolina de 91 octanos va a costar 1 bolívar y la de 95 octanos costará
6 bolívares (no sabemos por qué omiten ahora el apellido de abolengo que ellos
mejjjmos le acomodaron a la moneda, son bolívares FUERTES, no los débiles de la
cuarta república, los enclenques bolívares del puntofijismo. Son los
Schwarzeneger del sistema monetario mundial, el bolívar chavista pone a temblar
al más guapo de los dólares, y los euros se inclinan respetuosos ante la divisa
revolucionaria). Tampoco hizo referencia a los cambios que harán en el sistema
de control de fronteras, para impedir que la gasolina siga escurriéndose hacia
Colombia, porque el diferencial con los precios internacionales se mantiene más
atractivo que Gaby Espino y Beyoncé, juntas. No se dijo el precio del Gasoil,
que mueve el transporte pesado (probablemente la metamorfosis a Potencia va a
ser tan vertiginosa, que el completo sistema ferroviario hará obsoleta la flota
de camiones y gandolas que hoy utilizan gasoil, el cual quedará para la
exportación).
Maduro se fue a la parte honda del pozo de la Economía, y se
atreve a comparar con los precios en EEUU, pero sin mencionar los salarios que
allá se ganan, ni la estabilidad de los precios (Inflación casi imperceptible,
a nivel de Luis Salas, el genial recogelatas que descubrió su inexistencia), lo
innecesario de decretar aumentos de salarios en EEUU (en 2015 el salario mínimo
pasó de $7 a $10 por hora en la administración pública, con amable exhorto de
Obama a la empresa privada -no grosero e inconsulto decreto-, para que traten
de emular el aumento, en la medida de sus reales posibilidades) y el alto poder
adquisitivo de esa moneda. Los trabajadores con los salarios más bajos,
cumpliendo el horario de 8 horas diarias, reciben 80 dólares al día, $400
semanales, $1.600 mensual mínimo, trabajando para el estado. A medida que se
incrementa el nivel de formación del empleado y de exigencia del cargo, aumenta
la cantidad de dólares por hora que devenga cada quien, y por supuesto los
profesionales más capacitados (egresados de pre y postgrado) llegan a obtener
docenas y cientos de dólares por cada hora de labor realizada. Si tomáramos el
dólar del Sistema Complementario Flotante, que entró en vigencia a partir del
jueves 18, con un precio inicial de 202,94 Bs/$, el
“ingreso integral” de los trabajadores, que según Maduro pasará de 16.399 a
24.853 bolívares al mes, equivaldría a 122,46 dólares, lo que un empleado del
estado al nivel más bajo en EEUU
obtendría al cabo de 12 horas y 15 minutos de trabajo regular. En día y
medio gana lo que le toma 4 semanas al trabajador venezolano. Hay comparaciones
que el chavismo debe evitar. Si contrastáramos el funcionamiento de los
poderes, con autonomía, probidad y absoluto respeto por el marco legal, el
fondo y las formas, la parodia chavista queda muy mal parada.
El “Fondo Nacional de grandes misiones” va a recibir los recursos
del nuevo sistema de precios de la gasolina. Seguimos con el modelo que
funciona a la machimberra, sin licitación ni Contraloría. Cuando se logre auditar
la Gran Misión Vivienda Venezuela, hallaremos que no se construyó el millón de viviendas
que tan escandalosamente cacarean, ni los presupuestos que esa GMVV consumió
aparecerán debidamente respaldados en la Contabilidad. No sería responsable
permitir que los nuevos ingresos -por concepto de gasolina e impuestos- se
dirijan a esa cueva de misterios contables sin control objetivo y confiable.
Nada nos garantiza que no tomarán los mismos caminos verdes que conducen a
cuentas cifradas en bancos del exterior (por ej: HSBC de Suiza, Banca Privada
de Andorra), y los vericuetos por medio de los cuales hicieron enormes fortunas
una enfermera, un tuerto, y varios cubanos expertos en triangulaciones de lo
más revolucionarias y rentables, pero muy dañinas para el país .
Raro que en tanto tiempo perifoneando no nombrara a CAMIMPEG, la
secretaria joven y buenota, con minifalda verde oliva, que viene a substituir a
la ya vieja y demacrada PDVSA, sin darnos detalles financieros del estado
actual de la tradicional empresa petrolera, y de la justificación y
funcionamiento del nuevo Plan Bolívar 2000 a cargo de gente de las FFAA. Si
fuera una empresa militar chocolatera que viene a desplazar a la SAVOY nos
inspiraría bastante reserva, pero tratándose de un enroque nada ortodoxo, con
nuestra principal industria petrolera, el potencial descalabro de la economía
nos genera escalofríos. Introduce más controles, aumenta los costos, pero
prolonga la muy perjudicial inamovilidad laboral
hasta 2018, con lo cual condena a la quiebra a las empresas que no tengan el
músculo suficiente para seguir funcionando en ese contexto, peor que el actual,
que ya obligó al cierre de miles de pequeñas y medianas empresas, a lo largo de
los 17 años durante los cuales los chavistas no vieron, no oyeron, no dijeron
NADA sobre lo inconveniente del “rentismo”, al que van a suplantar ¿con más Economía
controlada, el mismo modelo de que nos trajo a este llegadero?.
La “revolución tributaria” ignora que el salario no es renta,
aumentan una ñinga el ingreso, muy por debajo de la terrible inflación (el BCV
la calculó en 180,9% para el 2015, todo indica que la maquillaron
hacia abajo, y este año será más alta, entre 300 y 500%), pero con esa ñinga de
aumento del 20% el trabajador tendrá que afrontar más aumentos en el costo de
la vida, y encima pagarán ISLR los que perciban algo por sobre el Salario
Mínimo. Perder perder.
Si las reservas rondan los 15.000 millones de dólares, y este
año Venezuela debe pagar cerca de 14.000 $M, es cuesta arriba que se puedan
importar las materias primas, los alimentos y las medicinas que requiere el
país con urgencia. Un círculo vicioso que nos impedirá iniciar la necesaria y
gradual substitución de importaciones. Sin embargo Maduro habló de exportar
productos no tradicionales : Estará
refiriéndose a las gigantografías del charlatán eterno y del malandro con el
cual pretendieron cambiarle el rostro a Bolívar. Vamos a ofrecer en el
exterior tatuajes con los ojos y la firma del tirapiedras de Sabaneta. Videos:
de las agresiones a diputados opositores en la AN presidida por el Don King de
El Furrial, las colas alrededor de los mercados, los brazos de los ciudadanos
marcados, la Masacre de abril del 2002 en la avenida Baralt, la brutal
represión post-electoral de 2013 y 2014, las alocuciones con el elegante y
respetuoso verbo del charlatán o de su príncipe sucesor indocumentado (no se ha
establecido su árbol genealógico completo, tiene dos lagunas, la de sus
primeros 12 años en terreno movedizo, y la del tiempo que pasó en Cuba haciendo
un postgrado en paja ideológica, veneración al estalinismo y torpezas).
El anuncio de medidas resultó un discurso panfletario y
gatopardiano, ofrece retórica barata y superficialidades garantizando que "algunas cosas cambien, para que todo siga
igual". No hay cambios en lo medular, no se contemplan
reducciones en el Gasto Corriente, en el exceso de enchufados, en las “ayudas”
al combo de chulos, con nuestra "hermanísima" y muy
parasitaria CUBA a la cabeza. No se erradican
dos figuras inconstitucionales como los colectivos y las milicias. No mencionan
la devolución de las empresas injustificadamente expropiadas (AGROPATRIA no ha
recibido ni un céntimo de lo que por ley le corresponde, de manera que es hoy
botín de robo), para que sus propietarios y un equipo de gerencia competente,
las pongan de nuevo a producir, generando empleos y disminuyendo el atroz
desabastecimiento, con sus humillantes colas y desequilibrios en los aspectos
alimenticio, sanitario y medicinal de las familias venezolanas. Las medidas son el mismo musiú, el mismo cachimbo, el mismo discursito y la
misma terquedad prepotente, irresponsable y suicida. Demuestran que Maduro y su
pandilla valoran más su permanencia en el poder, que la Salud, y la existencia
misma de los venezolanos que sufren las consecuencias de la pésima, anacrónica
y corrupta gestión de 17 años de castrochavismo. La única diferencia deriva del
cambio en el bullpen, con el que le violaron su inamovilidad laboral a los
recogelatas que elevaron la calidad del
Gabinete ministerial, la estratega de la agricultura en el rancho y el lapicero
en el ojo del gringo, y el portento científico que descubrió la inexistencia de
la Inflación. Y con esas absurdas destituciones le niegan al país la única
posibilidad que hemos tenido, de obtener de la Academia sueca, un premio NÓBEL en
Agricultura Militar, y el otro NÓBEL en Economía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario