lunes, 23 de abril de 2012
11 DE ABRIL: AMBICIÓN Y CINISMO.
Edgard J. González.-
Sobre los sucesos del 11 al 13 de abril del 2001 existen los hechos que recordamos quienes fuimos testigos en toda Venezuela, a través de la transmisión por TV, quienes los protagonizaron en Caracas, y las interpretaciones e informaciones posteriores, entre las cuales resalta la sistemática adulteración de lo ocurrido, por parte del régimen que pretende maquillar algunas partes, ocultar otras y producir su versión interesada, en su permanente esfuerzo por mantener una imagen favorable, aunque para ello distorsione la Verdad.
El jueves 11 de abril del 2002 una gigantesca Marcha de Oposición se inicia en el Parque del Este, hace parada en PDVSA, y sigue hacia Miraflores para manifestar el descontento de la mayoría de los venezolanos con el régimen chavista. Cerca de un millón de demócratas, desarmados, ejerciendo sus derechos. La Marcha más multitudinaria que ha ocurrido en Venezuela. En la Av. Baralt la GN permite que grupos violentos ataquen a tiros la vanguardia de la marcha. Unos 35 pistoleros en Puente Llaguno y francotiradores en edificios cercanos, dentro de una zona controlada por la Casa Militar. Chávez ordena activar el Plan Ávila (el mismo del Caracazo). Tiburón Uno descubre que el resto de los Tiburones le desobedecen (salvo García Carneiro, que luego implora lo dejen formar parte del grupo militar que aparece por TV con Lucas Rincón*). En el tramo de la Baralt, de Puente Llaguno a las esquinas de Piñango, Muñoz y La Pedrera, hubo 19 asesinados (más un español que murió luego de varios meses en coma) y cientos de heridos. Una Masacre, organizada y permitida desde Miraflores, en un espacio bajo total control del oficialismo. Los medios tuvieron que recurrir a la Pantalla dividida, para que los venezolanos pudieran ver lo que acontecía, pues Chávez ordenó una Cadena y se refirió a asuntos sin importancia, tratando de desviar la atención mientras sus secuaces disparaban sobre gente indefensa. Por la noche el Alto Mando militar, a través de Lucas Rincón, *condena la masacre y le solicita la Renuncia al presidente Chávez, “la cual aceptó” (todos lo vimos por TV, está grabado).
Chávez fue a Fuerte Tiuna por sus propios pies, lo acompañaba Rosendo, el que se negó a activar el represivo Plan Ávila contra la Marcha pacífica. Allí pide un avión, dólares y garantías para que lo dejen irse a Cuba con sus allegados. Llaman a Fidel para que lo reciba y este sugiere que se lo propongan a Aznar. De nuevo el pragmatismo de Fidel le hace distanciarse de su ficha derrotada (en torno al “suicidio” de Allende otro 11, en septiembre del 73, existe la hipótesis de que sus escoltas cubanos participaron de ese final, ante la inconveniencia de un Allende derrocado y contando las intimidades de la prolongada visita de Fidel a Chile). Chávez no sería la primera ni la última ficha que jugaba y perdía Fidel en el tablero de América Latina y África. El 11 de abril su agente en Miraflores había cometido demasiados errores y resultaba inconveniente asociarse a él, que además salía del poder por la puerta trasera, tras provocar la más grande manifestación de repudio por su pésima gestión, y para colmo, luego de emboscar cobardemente a esos manifestantes y producir 19 asesinatos. Que los factores cambiaran a las pocas horas, gracias al desorden, la falta de planificación y la incapacidad para controlar a todo el sector militar (muchos guabineaban, esperando a ver hacia donde soplaban los vientos), y el renunciante fuese puesto de nuevo en el cargo presidencial (él fue el más sorprendido con este giro), ya es harina del costal que le permitió a Fidel proponerle el canje de la intervención cubana para implementar la serie de dádivas con nombres de Misiones, que levantarían el bajo respaldo popular en 2002 y 2003, y le serviría para remontar la cuesta del Revocatorio (mediante la Lista Tascón y la excusa de las firmas planas, lo pospusieron por un año, durante el cual el reparto de limosnas misioneras hizo su efecto de compra de conciencias y votos). Ello, a cambio de las importantes ayudas que han mantenido a flote a la derruída economía cubana, y por ende a la Nomenklatura de los dinosaurios estalinistas que a duras penas mantienen el poder en la isla, aunque virando hacia el Capitalismo salvaje, para lo cual no tienen los recursos imprescindibles, que si tuvo China en el momento del drástico cambio de rumbo iniciado por Deng Siao Ping.
El combo de oficiales en Fuerte Tiuna no logra ponerse de acuerdo respecto de las opciones para el renunciante Chávez, y lo envían, primero a la Base Naval de Turiamo, luego a La Orchila. Lo acompaña Monseñor Velazco, solicitado por el propio renunciante como garantía de que respetarían su vida (así de evacuado estaba: recordaba que el 4F uno de los objetivos primordiales del Golpe era asesinar a CAP, quien se les escapó y no se escondió en ningún museo militar, sino que les picó adelante, apareciendo por Venevisión, mientras los golpistas se empeñaban en atacar Miraflores y La Casona. También Doña Blanca demostró que tenía más escrotos que quienes pretendieron tomar el gobierno por la vía de las armas). La podredumbre de Chávez queda en evidencia con las agresiones, irrespetuosas e injustificadas, contra Monseñor Velazco, mucho después de que se le pasara la diarrea que lo acompañó en Fuerte Tiuna, Turiamo y La Orchila.
Muy tarde la noche del jueves 11 de abril, Rafael Poleo llama a Carmona Estanga, el representante de Fedecámaras, y le dice que la situación de acefalía en que se encuentra el país (Presidente renunciante, Vicepresidente y mayoría de jerarcas chavistas huyendo, algunos llegaron a traspasar fronteras), exige que se reúnan los representantes de todos los factores sociales, políticos, económicos y militares, para acordar una línea de acción al siguiente día. Carmona, en respuesta que desnuda su ambición y prepotencia, hipócritamente le dice: “Estoy tan cansado que ni siquiera iré a mi casa, ya reservé habitación acá en el Four Seasons y enseguida me voy a dormir”. Se fue a Fuerte Tiuna, a tramar la estúpida e inconstitucional maniobra del 12, con una Minoría. De espaldas a la Mayoría y ensuciando la hermosa gesta opositora, ese grupúsculo de civiles y militares improvisó esa madrugada el montaje de la ridícula farsa que llevaron a cabo en Miraflores el viernes 12. Sin proponérselo, favorecieron al renunciante.
El 12 ocurrieron las detenciones de Rodríguez Chacín y Tarek William Saab (contra ésta se pronunció Kiko por la radio), los excesos frente a la Embajada de Cuba, la actuación mediadora de Capriles Radonsky, a pedido del Embajador Sánchez Otero (quien luego de calmadas las aguas, cambia la versión para perjudicar a Capriles y reducir su propia condición de cobarde atemorizado). Se produce, para vergüenza de la absoluta mayoría de los opositores, el SitCom en Miraflores, fraguado en Fuerte Tiuna en la madrugada; Daniel Romero ingresa al Hit Parade de la Sinvergüenzura al co-redactar y leer el infeliz “Decreto” (parece que Allan Brewer Carías es otro de los padres de esa defectuosa creatura). Carmona se autojuramenta en un Acto Cultural más absurdo que muchos escenificados por niños en las escuelas. Los Oficiales que apuntalaron la Carmonada dejan de respaldarla, lo que da pie a que al día siguiente, sábado 13, Baduel se envalentone, y decida ir en helicóptero Puma a buscar al renunciante en La Orchila. Pero el 12 no se encontraba un chavista ni para completar un dueto, ni Baduel tuvo los reaños. Muchos se plegaron a la transición: JVR declara sobre Semántica, habla de Pronunciamiento Militar y declaró “Vacío de Poder” (publicado en El Nacional del 13). Muchos funcionarios de alto nivel aparecieron aceptando al “nuevo gobierno”, poniendo sus cargos a la orden, lo que evidencia que el régimen de Chávez estaba pegado con saliva de loro. Del 12 nadie habla, el 12 es candela para demasiados rabos de paja.
Desde entonces, año tras año han venido elaborando una Telenovela truculenta, refiriéndose a la Carmonada y el dichoso Decreto como la maldad suprema, como si no hubieran protagonizado los Golpes Militares cruentos y chimbos del 4F y del 27N, como si no tuvieran los chavistas del 4F su propio Decreto como esqueleto en el escaparate, Decreto que no muestran ni mucho menos discuten. A CAP no lo mataron porque no pudieron, él se les escapó y les revirtió la jugada, dejándolos en el terreno, ponchados. En cambio, la lastimosa necesidad extrema de Chávez por construirse una Épica, lo ha llevado a inventar sopotocientos planes magnicidas, sin haber producido una sola prueba jamás. El 11 de abril, si matarlo hubiera estado en los objetivos de quienes chapotearon en la improvisación ante el Cisne Negro que apareció de repente, lo habrían podido hacer fácilmente, y lo peor es que ni los chavistas ni Fidel habrían reclamado en medio de las circunstancias de ese específico día, con Chávez Gadaffiando fuera de sí. La noche del 13, el deshonesto Fiscal Isaías Rodríguez, en el sótano de Miraflores y con cámara y micrófono convenientemente dispuestos, afirmaba “en la calle frente a Miraflores hay 4 millones respaldando a Chávez”, pretendiendo con esa inmensa mentira, pagar su cuota mensual de adulación y colocar su ladrillo en el imposible propósito de levantarle una épica a quien ha dado sobradas muestras de cobardía y el único episodio de su vida que pudiera haber sucedido, es el del candado en una reja llanera, que nuestro súperman supuestamente rompió a balazos. Patético.
Hace pocos días vimos en cadena nacional a un grupo de jerarcas oficialistas, con el mitómano mayor en papel de galán de la película, e inevitablemente imaginamos a un grupo de veteranas prostitutas reunidas en un set de TV para criticar las faldas cortas, los escotes y las libertades de que disfrutan con sus novios las jóvenes actuales. Los Golpistas del 92, reincidentes, febrero y noviembre, los funcionarios que por Comisión u Omisión permitieron la Masacre de la Baralt el 11A, refiriendo los hechos de esos días, adulterándolos, maquillándolos, agregándoles acá, quitándoles allá. Más extraño que ver a una vieja prostituta reclamarle a una pareja por besarse en público, resulta ver a estos golpistas, los que dieron armas e impunidad a los gatillos alegres de Puente Llaguno, los que han venido violando “la mejor Constitución del Mundo”, rasgarse las vestiduras y convulsionar de falsa indignación por el chueco montaje del 12 de abril del 2002, que ellos provocaron, y al cual le han sacado demasiado provecho. Basta señalar que llaman golpistas a todos los opositores sin excepción, siendo que aquella bufonada fue producto de la irresponsabilidad y el egoísmo de cien o doscientas personas, que buscando hacer una gracia les salió una morisqueta horrible. Ya descubriremos toda la Verdad.
El invitado especial de la cadena nostálgica con la versión roja rojita del 11 de abril, era JVR, a quien necesitan por ser un experimentado reparador de entuertos, especialista en toda clase de Guisos y Marramucias, pero a quien tienen prensado precisamente por sus guabinosas declaraciones del 12 de abril. Sabemos que JVR quedó con un rictus, su cara de piedra, desde que le hicieron cirugía plástica en los 90, pero sus rígidas facciones durante la cadena no podían ocultar el temor a que al incontinente Mitómano, en su inevitable diarrea verbal, se le escapara una nueva y más comprometedora mentira, en su afán por torcer los hechos del 11A. Y le sobraba razón a JVR para estar asustado. Al Gabán roñoso de Sabaneta se le salió una afirmación que desnuda otra porción de su enorme responsabilidad en la masacre de la Baralt el 11A: “agarramos tres francotiradores” dijo muy orondo y sobrado el Pinocho de Miraflores, sin percatarse de que se hunde más en su propia culpa, pues si eso fuese remotamente cierto, la obligación (y conveniencia) de todo funcionario del gobierno, en particular del presidente, los ministros del Interior y de Justicia (separados entonces) era proceder al correspondiente Juicio. No han investigado, ni conformado la Comisión de la Verdad en torno a los sucesos del 11 al 13 de abril, porque no les conviene que se averigüe y se sepa lo que realmente ocurrió esos días. Se humedecería mucho más el barro que sostiene a ciertos ídolos.
15 04 2012
AFRODESCENDIENTE: IGNORANCIA Y RIDICULEZ.
Edgard J. González.-
NOTA PREVIA: Artículo no apto para dogmáticos, resentidos, o malos lectores: los que se conforman con los titulares de los periódicos, consideran que más de dos párrafos es tortura, y prefieren los catecismos, los manuales y las directrices que te permiten fáciles caletres, y te eximen de pensar, esos que traen las verdades pre-elaboradas y definitivas.
ORIGEN HISTÓRICO; Antes de llegar Colón con sus tres carabelas al continente americano en 1492, ya oleadas de navegantes del norte de Europa habían alcanzado las costas de Groenlandia, y mucho antes que ellos, vinieron los primeros ocupantes de estas tierras, atravesando a pie por lo que hoy se conoce como el Estrecho de Bering, que separa al extremo nororiental del Asia del extremo noroccidental de América, que entonces estaba congelado, lo que les permitió caminar a los primeros ancestros de la actual población en este continente. Pero el centro del mundo “conocido” a finales del siglo 15 era Europa, que consideraba al Asia y África como la porción secundaria, Europa obtenía sus materias primas, de esa periferia del mundo, que entonces visualizaban absolutamente plano, por lo que en los bordes del espacio conocido suponían un abismo insondable, así que la mayoría navegaba manteniéndose relativamente cerca de las costas. Colón fue parte de la minoría convencida de que el mundo no era plano, y por lo tanto, se pudiera llegar a las costas de la India, la tienda de las especias, en la lejana Asia, al este, navegando desde Europa en dirección al oeste. Lo que Cristóbal ignoraba, y murió sin saberlo, es que en medio de ese océano inmenso que se atrevió a atravesar buscando alcanzar a la India, se encontraba un enorme continente, que se extendía sobre las mitades superior e inferior del mundo, al cual confundió con la tierra milenaria que él buscaba, y creyendo que habían llegado a las costas orientales de India, llamaron indios a todos los habitantes de esta tierra de gracia, cuando en realidad llegaron a Guanahaní, Centroamérica y la desembocadura del majestuoso Orinoco.
DESCUBRIMIENTO. Cuando los europeos descubrieron que estas eran nuevas tierras, tuvieron que admitir la redondez del planeta (debieron cambiar el término, y usar Redondeta). La codicia de las grandes potencias las llevó a “repartirse” el nuevo espacio recién descubierto, que se incorporaba al mundo conocido, quedando en manos de España, Portugal e Inglaterra las tres enormes parcelas en que dividieron este continente, con anuencia Papal y Tratado de Tordesillas. Las diferencias entre los imperios, los peninsulares y el insular, determinaron el tipo de conquista y colonización que implementaron, y por ende la asimilación o el exterminio de los pueblos originarios, el grado de mestizaje que ocurrió con los aborígenes, la integración de lo cultural, lo religioso, y la actitud colectiva frente al hecho económico. La necesidad de mano de obra barata y fuerte creó el mercado de esclavos negros, secuestrados en su África natal y distribuídos en toda América, con la variante de que al norte se mantuvieron explotados y segregados por siglos, en tanto que al centro y al sur fueron mezclándose, con los indígenas y los blancos, hasta dar paso a un conglomerado mayoritáriamente mestizo (aunque aun se conservan grupos exclusivamente indígenas, en pueblos y reservas, y enclaves esencialmente negros, pero la segregación ya no es praxis oficial en ningún país, y en los EEUU la situación ha evolucionado tanto que ya un Mulato fue electo Presidente, y los negros, latinos y asiáticos gradualmente se incorporan a posiciones importantes en la Cultura, la Economía y la Política de ese país, donde la discriminación “racial” generó graves enfrentamientos por el carácter étnico, llegando a funcionar sistemáticamente el Ku Klux Klan, organización basada en la presunta pureza de la etnia blanca, dirigida a mantener a distancia a todos los que no tuvieran esa característica genética, lo que incluía también a latinos y asiáticos).
GUERRA CIVIL. Hasta el siglo 19 en los EEUU los latinos y asiáticos fueron minorías insignificantes y se mantuvieron convenientemente aislados, pero los negros eran simultáneamente la mano de obra imprescindible para el funcionamiento de la agricultura y el servicio doméstico, y la permanente fuente de conflictos, por su creciente empeño en ser libres. Uno de los motivos esenciales para la guerra civil que enfrentó a los estadounidenses, fue el concepto respecto del status que debían tener los negros, estando la porción norteña a favor de otorgarles su Libertad y la condición de ciudadanos iguales, mientras que la porción sureña se oponía a abolir la esclavitud. Miles de negros que se habían escapado de las haciendas del sur, encontraron refugio en las ciudades del norte, en especial su capital, desde donde Lincoln coordinaba las maniobras. Durante la guerra otros miles de negros se sumaron al ejército de la opción libertaria y progresista. El Norte ganó esa contienda, pero las heridas estaban muy frescas, y la discriminación se mantuvo con distintas gradaciones, aunque la esclavitud había sido abolida definitivamente.
RACISMO AL REVÉS. Los primeros 60 años del siglo 20 la población negra de los EEUU, 10 % del total, fue lentamente enfrentando los prejuicios, las reglamentaciones, que establecían odiosas limitaciones a su condición de ciudadanos libres, en base al color de su piel, como las que obligaban a usar baños, bebederos, asientos del transporte público exclusivos para “gente de color”, llegando al extremo absurdo de impedir a los músicos de un Club el ingreso por la puerta principal, aunque el local se llenara con gente blanca que iba a aplaudirlos, y pagaba bastante por disfrutar el RagTime, los Blues y demás antecesores del Jazz, las maravillas musicales que aquellos talentosos negros producían. En medio de esa tensa pugnacidad entre negros y blancos, surgen varias agrupaciones con sus respectivos puntos de vista y formas de enfrentarse a quienes pretendían mantener la segregación. Desde ultra-pacíficos grupos religiosos, que se limitaban a rezar, conjuntos que planteaban una participación más activa, en lo socioeconómico, en lo político, con el Reverendo Martin Luther King como líder, hasta los grupos más iconoclastas y rebeldes, como el Black Power, que proponía el enfrentamiento violento y la separación racial total a partir de la iniciativa de los negros. El simple gesto de la señora Rosa Parks, al negarse en 1955 a dar su asiento en el bus a un blanco, como lo requería la norma vigente, fue la chispa que encendió la hoguera determinante, a partir de la cual los negros se fueron aglutinando, limando sus asperezas y diferencias para presentar un frente común, luego de décadas de enfrentamientos con personas del común y funcionarios del stablishment que se empeñaban en mantener las discriminaciones (apoyados en las distintas legislaciones que rigen a cada estado de la Unión, lo que les permite cierta autonomía respecto de las directrices que emanan del gobierno central en Washington).
Fueron significativos los aportes del Presidente John Fitzgerald Kennedy a la lucha en contra de la discriminación en los EEUU, ningún presidente desde Abraham Lincoln había dado tánto apoyo a la causa de la “coloured people”, el estúpido eufemismo con que algunos se referían a los negros en esa terrible época. Tuvo Kennedy que enviar al ejército de los USA para contrarrestar la actuación de las policías locales, que utilizaban los gobernadores de los estados más reaccionarios, para hacer respetar y cumplir las leyes contrarias a la discriminación, emanadas del Congreso de los EEUU. Como a Lincoln, lo asesinaron a tiros, con una diferencia de 100 años, durante los cuales la causa negra había avanzado, lenta pero segura, hacia la condición actual, con el racismo arrinconado en muy pocos individuos, aunque la competencia en el plano económico, por el alto desempleo que azota (no sólo en EEUU sino en muchos países similares en desarrollo y cultura), genere enfrentamientos por el origen nacional y los rasgos etno-culturales, que mantiene roces con colectivos latinos, negros (y musulmanes, a raíz de los conflictos en Afganistán, Irán, Iraq, los atentados en varios países de África y Asia en contra de ciudadanos e intereses de EEUU, y muy especialmente las masacres perpetradas con 3 aviones el 11 S 2001 en NY y Washington). Ser diferente, por cultura, color de la piel, o credo religioso, también crea problemas fuera de los EEUU, la competencia por los escasos empleos, y el terrorismo potencial que se sospecha en algunos grupos de posible vinculación con extremistas (de Al Qaeda, por ejemplo), con el precedente de los atentados ocurridos en Madrid y Londres, ha sembrado la natural desconfianza también en muchos países europeos.
Durante el lapso de mayor tensión entre negros y blancos en EEUU, no era el término NEGRO lo que estos rechazaban (con orgullo se agruparon en torno al BLACK POWER, y black significa negro en inglés), sino un término paralelo, que los blancos usaron para insultar, que resulta de la pronunciación de la palabra negro (del castellano). En inglés, la e se pronuncia i, de modo que negro, dicho por un estadounidense, suena NIGROU, y ese es el término que los negros interpretaron ofensivo e inaceptable. Como parte de la respuesta que el stablishment dio a los remanentes de este complicado conflicto, se apeló a la utilización del novedoso y algo cursi de AFROAMERICAN (recuerden que ese país se llama a sí mismo América, como si Canadá y todos los países íberoamericanos no existieran). El uso del término híbrido, busca alcanzar lo “políticamente correcto”, tendencia que ha producido una serie de conductas oficialmente impuestas, que en la práctica son contraproducentes y hasta injustas. Obliga a las empresas a incluir cierto porcentaje de empleados Negros, Gays y Discapacitados, y se dan casos en que contratan a gente no preparada para ejercer una determinada actividad, por evitar las multas y sanciones que acarrea el incumplimiento de la demagógica normativa. El término Afroamericano perseguía rescatar las raíces africanas, homenajear a las innumerables víctimas de la explotación esclavista, que los separó de sus orígenes, a pesar de que aquello ocurriera siglos atrás, y que pocos negros actuales se identifican con ese pasado, contemporáneos y estadounidenses como son, llegan inclusive a burlarse del término, en sus expresiones cinematográficas, teatrales, literarias, y en Radio, TV y Prensa escrita.
Conectando con la situación de sublime ridiculez imperante en Venezuela, desde que la secta militar-civil decidió introducir un racismo que nunca existió en nuestro país, para utilizarlo como combustible del resentimiento latente en los sectores marginales, a raíz de una excelente caricatura de WEIL en el diario Tal Cual, que acompaña a este artículo, los pichones del castrismo más cerrero, [que no se han preocupado por cumplir sus funciones de Investigar y producir la Verdad, en los graves casos de la Masacre de la Baralt el 11 de abril del 2002, el asesinato del Fiscal Danilo Anderson, las gruesas sumas de dólares de la nación evaporadas en los casos del Central Azucarero de Barinas, la vieja Plataforma petrolera Aban Pearl alquilada con sobreprecio, que se hundió en el mar, las 150.000 toneladas de alimentos importados que dejaron podrir, las constantes fallas en el servicio eléctrico, y en la potabilización y distribución del agua, las generosas “donaciones” a regímenes compinches mientras acá no hay cómo mantener hospitales, escuelas, liceos, universidades, ni se pagan salarios dignos a los trabajadores venezolanos, el reciente asesinato de la hija del Cónsul de Chile en Maracaibo, pero,] se rasgan las vestiduras, convulsionan ante una magnífica caricatura, que no contiene elementos racistas, pero sí cumple su función de denunciar las fallas y falacias del régimen, junto a la oportunidad de hacer humor extra, aprovechando la veta que ofrece la ridiculez presente en la pretensión de prohibir que usemos la palabra NEGRO y la substituyamos por la palabreja AFRODESCENDIENTE.
Nuevamente hay que retroceder, usando lo que las Ciencias han revelado para uso y disfrute de todos (los que permanecen ignorantes, son los sujetos ideales para alienarse con las ridiculeces que ininterrumpidamente producen, los encargados de agitar trapos rojos, para que esos mismos alienados no vean los hechos inconvenientes para el régimen, ni piensen al respecto). En su momento, a Darwin lo agredieron y descalificaron con todo tipo de insultos, argumentos francamente inválidos, prejuicios de base religiosa, pero sus postulados esenciales probaron ser ciertos, y duélale a quien le duela, los seres vivos, vegetales y animales -formamos parte de esta segunda porción-, han evolucionado de formas simples, primitivas, a formas cada vez más complicadas y mejor capacitadas para la tarea de sobrevivir en este ¿planeta, redondeta?, el único minúsculo cuerpo semisólido donde se ha producido la vida, tal como la conocemos, en el Universo infinito (la misma medida de la estupidez de algunos humanos). Para resumir; de amibas microscópicas a invertebrados sencillos, a peces, a reptiles y aves, a marsupiales y mamíferos, a monos, a simios, a humanoides (estadio donde quedaron muchos teóricos del Socialismo del siglo 21), a homo erectus, homo hábilis, homo sapiens, homo sapiens sapiens. Los primeros individuos que darían paso mucho después a la especie que somos, se produjeron en África, muy concretamente en su costado oriental, de manera que TODOS los actuales habitantes de la Tierra somos afrodescendientes. Que en el proceso de migración que los hizo salir de las selvas, atravesar las planicies y explorar nuevos territorios, en la medida en que seguían evolucionando (produciendo pitecantropitos, cromagnoncitos y neanderthalitos) y aumentando en cantidad (el sexo es el común denominador de vegetales y animales, y ya somos más de 6.500 millones de afrodescendientes), los retos de la adaptación a diversos paisajes, climas, fauna, flora y recursos en general, generaron cambios en el tamaño, los rasgos faciales y, ummmmmjú, el color de la piel (lástima, el negro no fue opcional, era como en los primeros Ford T, obligatorio, el único de fábrica, ergo, no tiene mérito ni conllevó esfuerzo específico). De manera que, mis queridos pitoquitos, los ojos rasgados, las estaturas bajas o altas, la silueta delgada o robusta, los lenguajes y dialectos, y los condenados colores de piel (y tipos de cabello: de rizadito a liso, negro, amarillo, rojizo, castaño, hablo de los naturales, no de la variedad ilimitada de Clairol y otras marcas), derivan de la topografía, altitud y temperatura de cada terreno, de lo que contenga cada espacio y, muy importante, de la forma en que cada grupo enfrenta su particular reto y aprovecha esos recursos. Eso regía hace millones de años, y sigue vigente. Algunos hacen países envidiables, digamos Noruega, Inglaterra, Canadá, Japón, Chile, Singapur, otros prefieren regresar al estado virginal en que andábamos casi desnudos y desesperados por encontrar algo de comer, como en la Cuba castrista.
La caricatura se basa en la ridiculez, estupidez, idiotez, pendejada, ridiestuidiojada, de pretender cambiar el significado de la palabra Negro (a), adjudicándole connotaciones perversas, negativas, para imponer su substitución con la palabreja Afrodescendiente, que además de aludir a todos nosotros, como ya se ha explicado (espero que hayan podido entenderlo, traté de ponerme a la altura de cualquier Aló presidente, me dirigí a ustedes en esos párrafos, como si se tratara de niños en blanco, el pizarrón vacío donde un demagogo puede hacer estragos, especialmente si lo transmiten en cadena nacional, a cada rato), es difícil de digerir y aceptar, no sólo por su empalagosa cursilería, sino porque implica la utilización de más letras, para alcanzar un propósito que no está garantizado.
La caricatura de Weil, resaltaba el crimen ecológico sobre el Río Guarapiche, y la negligencia de PDVSA al no impedir el derrame ni actuar a tiempo para reducir sus graves consecuencias, pero el espíritu del dibujo se nutre de la ridiculez de la prohibición de usar la palabra negro (a), lo que aumenta las posibilidades de sacar punta humorística a la caricatura, matando dos pájaros de un plumazo. Si cumpliéramos al pie de la letra la idiotez ordenada desde la cúspide de la pirámide autoritaria, facho-moralista, tendríamos que referirnos a nuestro primordial recurso, como Oro afrodescendiente, el plato típico de Carora sería el Asado afrodescendiente, Andrés Eloy debería rescribir su hermoso poema, solicitando, con cierta pena, que le pinten angelitos afrodescendientes, Pedro Camejo pasaría a ser Afrodescendiente Primero, en los datos de muchas Cédulas aparecerían en color del pelo y los ojos: afrodescendiente, como principal afluente del Amazonas el Rio afrodescendiente, los tres tipos de aguas básicas en el uso y consumo doméstico-industrial serían: Aguas blancas, aguas grises y aguas afrodescendientas, los mosaicos en los pisos de los Templos Masones blancos y afrodescendientes, y no podríamos llamar cariñosamente a ciertos seres queridos (como hago con mi hijo varón desde que nació, hace 30 años), pues decirle “mi afrodescendiente” a quien uno ama, como que no cuadra, y suena peor si se trata de una dama, dudo que exista alguna a la que le agrade que la llamen “mi afrodescendienta”. La letra de la célebre canción del mexicano Joaquín Pardavé diría: afrodescendienta, afrodescendienta consentida, afrodescendienta de mi vida, ¿ quién te quiere a ti ?. No imagino, ni siquiera al veloz Jesús Sevillano, cantando “a mi afrodescendienta la quiero y la quiero como a la cotiza que llevo en los pies”, por muy chavista que pueda seguir siendo, luego de 13 años de copiar la dictadura cubana.
Uno de los últimos artículos del grande Jorge Luis Borges trató precísamente sobre el mal uso de los eufemismos, y la gran carga de evasión y ridiculez que encierran. De estar vivo, lo volvería a publicar, agregándole la enorme contribución a la cursilería que deriva de la constante e insoportable demagogia que tachona los discursos del chavismo. “Socialismo del siglo 21, Privados de libertad, Vencedores, Dignificados, Vivir viviendo, Afrodescendiente” habrían deleitado a Borges, casi tanto como logran su objetivo de engañar a los incautos que se toman ese tetero piche con disfraz de buenas intenciones.
Atte:
Edgard J. Afroárabevascoítalogochodescendiente.
BAMBILANDIA, UN HOMENAJE.
BAMBILANDIA, UN HOMENAJE.
Edgard J. González.-
Era el nombre de un programa infantil de TV muy popular entre los niños, y muchos de más edad, entre los años 1952 y 1966 en Venezuela. Sus creadores fueron Esther B. Valdés, una pianista, cantante y compositora ítalo-argentina, con experiencias en Teatro y programas infantiles, antes de producirlos en Caracas, y Pedro M. Layatorres, nativo del estado Aragua, Maestro, Periodista, músico, poeta, cuentista y libretista, quien también se ocupó de dirigir los programas dominicales, que eran transmitidos en vivo desde los estudios de Televisa, canal privado (que luego pasaría a ser Venevisión) y luego la Televisora Nacional -canal 5, del Estado venezolano-. La señora Esther y el señor Pedro, como respetuosa y cariñosamente les llamábamos los integrantes del Conjunto Infantil Liliput, se dedicaban a tiempo completo a elaborar los libretos, las canciones, las coreografías, la asignación de cada rol a cada niño, según sus capacidades para el canto, el baile, la actuación. Los ensayos se llevaban a cabo en su propio apartamento, al final del pasillo del piso 6 del Edificio Plaza en la esquina de La Pelota, en la avenida Urdaneta de la capital. De martes a sábado, de 5 a 9 pm regularmente, ensayábamos para la ejecución el domingo a las 5 pm, luego de un previo ensayo general en el canal de la Colina. El programa no admitía retrasos ni fallas, por ser transmitido en vivo y directo, (luego llegaría el videotape, que permitiría repetir y editar escenas hasta lograr el resultado óptimo, combinando escenas en estudio con escenas en locaciones distantes, que es lo usual desde entonces en la TV).
Bambilandia comenzó en la radio, e inició actividades en Televisa el 20 de junio de 1953. Escribo lo que mis recuerdos y vivencias me permiten, formé parte de Bambilandia del 57 al 59, por lo que haré énfasis en ese lapso, pues me baso en lo que me consta por haberlo experimentado en carne y satisfacción propias. No puedo referirme con la misma solvencia a los períodos anterior y posterior a mi “pasantía” maravillosa, pues correría el riesgo de errar en mis apreciaciones, pero aclaro que disfruté del privilegio de mantener mis nexos de amistad con la señora Valdés y el señor Pedro durante muchos años, posteriores a mi separación del grupo. Los visitaba esporádicamente, y en 1972 Don Pedro se vino conmigo a Barquisimeto, y durante dos meses compartió con mi madre y conmigo, la ciudad y algunos viejos amigos que reencontró en la capital larense.
El mayor mérito de los creadores y sostenedores de Bambilandia brota con intensa evidencia, de estos párrafos que expresan lo esencial de su filosofía:
”Bambilandia no quiso nunca ser una diversión dedicada a los kindergarterinos, se inscribieron mayores de 7 años, no fueron niños prodigio, sino chicos con uso de razón a temprana edad, dispuestos a recibir enseñanzas, capaces de asimilarse a la disciplina de un grupo que funcionaba gratuitamente como una Academia. A Bambilandia no se presentaban aficionados a dedicarle canciones y poemas A MI APÁ, A MI AMÁ, AL PÚBLICO PRESENTE Y AUSENTE. No podía ser, porque este grupo tiene un Reglamento, mantiene un Elenco fijo, un Repertorio propio, de canciones, comedias, poemas infantiles. Fundamentalmente Bambilandia es un Espectáculo Musical, una Revista Infantil, por ello el grueso de nuestra producción es de canciones. Pero Música exclusiva del Conjunto, escrita especialmente para Bambilandia, cuidando escrupulosamente el contenido de las letras, que es donde radica el riesgo del trabajo realizado con niños. No concebimos a un niño de corta edad cantando un bolero pasional, una niña contorsionándose al ritmo de música sensual”.
Notable contraste con lo que vemos en algunos programas que se califican de infantiles y adulteran la naturaleza de los niños, obligándolos a imitar a los adultos, lo cual termina degenerando al concepto y a muchos de sus forzados protagonistas. Por supuesto que, tratándose de niños, sus representantes jugaban un papel importante, eran piezas clave para la salida al aire de cada programa, en la mayoría de los casos fueron maravillosos colaboradores del dueto Valdés-Layatorres, y Bambilandia le debe mucho a la permanente presencia y ayuda de los padres y madres que pusieron sus granitos de arena para mantener en alto la calidad del programa en que sus vástagos participaban.
Pero el peso primordial recaía sobre los hombros de aquella muy talentosa pareja, a veces aparentemente demasiado exigentes, a veces excéntricos, pero siempre pendientes de los detalles, dando cabida a todos los niños, sin preferencias, al punto de que nos sentíamos como si fuésemos una gran familia (lo prueba el hecho de que el cariño impregna todos los recuerdos de esa vivencia). Italo y Milvia Césari, Marisol Montesdeoca, Magaly Sayago, Norma Susana Poján, Fernando Sayalero, Marce Medina, Aura Amoroso, los hermanos Clarisa y Rosalbina Lares, Carlos y John Ruiz Poleo, Heissy y Luis García, Marlene, Luisa y Tony Montenegro, Zobeida, Paquito y Rodrigo Guerra, Rubén, Jorge y Héctor Henríquez, José Antonio “El Bobito” y yo, Esperanza Azuaje, Victoria Mancilla, Isabel Milington, Pedrito Bello, Herminia Martínez, Américo Toth, Carmita Ortega, son los nombres y apellidos que permanecen en mi juguetona memoria, de aquellos tres años que fuimos “familia”. La edad, los compromisos de estudio y trabajo (hice Radio y TV separado de Bambilandia, por la intermediación de la señora Valdés, quien era mi representante artístico), y las distancias geográficas (postgrado en Europa, inmediato al regreso fui asignado al Pedagógico de Barquisimeto) me aislaron de mis compañeros, aunque tuvimos una Reunión de “veteranos” en un apartamento a media cuadra de donde hoy está el Sambil de Chacao, en 1971.
Aura murió en 1958, sé que Milvia y John también se nos adelantaron, Marisol es gerente en una gran empresa (inútiles han sido mis intentos por contactarla a través del e-mail), Fernando y Carlos ya son abuelos, viven en Bolívar y Caracas, he conversado por teléfono con ambos y les voy a enviar por correo este artículo), con Ítalo coincidí en el Metro a pocas semanas de fallecer su hermana, y por supuesto visito a mi hermano en Caracas con la frecuencia que me permiten los 350 kilómetros que nos separan. A Carmita la vi varias veces en ocasión de sus ya lejanas visitas a Barquisimeto por las Ferias de septiembre, Magaly vive acá, Américo (con otro apellido) y Herminia siguen en la TV. Pero lamentablemente perdí las pistas de los demás, de quienes me encantaría saber. Despedí el año 57 en casa de Heissy y Luis, Bambilandia se presentó en el Círculo Militar de Caracas el 6 de enero del 58, son recuerdos imperecederos la piscina y hot dogs de esa tarde, Wolfgang Larrazábal, la Billo’s, el dictador MPJ vestido de gala esa noche, mi padrino Miguel R. Utrera, en su casa de San Sebastián (su pueblo, a donde íbamos varias veces al año), nos despertó al señor Pedro y a mí, muy temprano el 23, anunciando alborozado que cayó aquella dictadura militar. El señor Pedro vio truncarse su valioso proyecto de la Academia Popular de Música en la barriada de Coche, por sectarismos partidistas en 1972 (sus alumnos aprendían Teoría, Solfeo y Ejecución de instrumento en pocos meses). Había vuelto a su primer oficio, el Maestro deseaba compartir sus conocimientos y habilidades musicales, heredadas de su padre, quien no sólo tocaba el órgano en las Iglesias, sino que se dedicaba a reparar y afinar esos antiguos instrumentos. El órgano del señor Pedro era, en comparación, uno de reducidas dimensiones, acompañaba los ensayos en la sala de su apartamento. Nuestros viajes a Aragua y Guárico son parte de lo que más atesoro de mi adolescencia. En su viejo jeep, al que llamaba “Nicanor”, recorrimos las gastadas carreteras que nos conducían de Caracas a San Sebastián o San Juan de los Morros y viceversa (también tuvo un precioso y añejo Volvo, con luces de cruce que salían de la columna entre las ventanas laterales). Usaba a menudo el término “Machalú”, de su inspiración, para referirse a lo que los demás llamamos bolsa o pendejo, matizando las conversas durante las travesías. Cuando estaba con su amigo de toda la vida, el poeta Utrera, las conversaciones eran largas y en su caminar hacían pausas regulares cada tres metros, igual en las calles de San Sebastián como a orillas del Caramacate, el río cercano rodeado de frondosos árboles, en cuyas aguas casi me ahogué al lanzarme en un pozo que supuse de poca profundidad, y del cual salí casi gateando desde el fondo, mientras los dos entrañables amigos permanecían imperturbables en su rutina conversatoria, ajenos a mi penuria.
En una ocasión nos llevó a José y a mí a Puerto Cabello, era diciembre y disfrutamos de una patinata en el Malecón, que al amanecer culminaba con los más osados lanzándose con todo y patines (Winchester por supuesto), por encima de unas enormes rocas, al frío mar. En San Juan de los Morros me presentó a la familia Singer, a quienes visitamos varias veces, los mayores eran amigos del señor Pedro. Aparte del poeta Utrera y los Singer, el mundo personal que conocí del señor Pedro era muy reducido, su esposa Esther, el hijo adoptado por ambos, Pedrito, de quien supe hasta su adolescencia, dos antiguos compañeros de sus días iniciales en el Periodismo, a quienes reencontró en Barquisimeto, Casta J. Riera y Manuel Felipe López, únicamente recuerdo a otra persona que formó parte de su equipo durante mucho tiempo, Fredy Pancini, el fotógrafo a cargo de los testimonios gráficos del Conjunto Infantil Liliput, un lote de imágenes cuyo paradero ignoro y que sería importante recuperar. Sé que Fredy se casó con una venezolana, tuvieron un hijo, y vivían en Luxemburgo, donde ejercía de Traductor (me visitó dos veces en Barquisimeto, a finales de los 70, pero no he sabido más de él).
La genuina y escogida familia del señor Pedro fuimos los miembros de su selecta y excelente Academia y, al menos para mí fue como un padre. Crecimos con sus enseñanzas, me honraron con su amistad, y hoy les rindo este sencillo homenaje, en nombre de todos los que quedamos en deuda con Doña Esther y Don Pedro. Son muchos los recuerdos, pero resaltaré el final de una poesía, por resumir el humor que destilaba en sus obras: “No era una perra sarnosa, era una sarna perrosa, con figura de animal”. Un muy cariñoso saludo a todos los que integraron Bambilandia, ruego disculpen las omisiones de algunos nombres, fechas, sucesos, pero el padre tiempo es implacable, y cuando se es sexagenario es imposible no sufrir de ciertas lagunas en el amplio espacio de nuestros recuerdos. Por favor, si entre los lectores, con suerte están algunos de los que hicieron posible la maravilla que fue Bambilandia, o algún relacionado, pariente o amigo, refiéranle este escrito y díganles de mi parte que debemos re-unirnos. Les dejo acá mi dirección electrónica, por si alguno tiene información pertinente, o desea restablecer aquellos inolvidables lazos del más inocente, fructífero y remoto quehacer infantil. Mil gracias. Carpediem1245@gmail.com
05 dic 2011
Edgard J. González.-
Era el nombre de un programa infantil de TV muy popular entre los niños, y muchos de más edad, entre los años 1952 y 1966 en Venezuela. Sus creadores fueron Esther B. Valdés, una pianista, cantante y compositora ítalo-argentina, con experiencias en Teatro y programas infantiles, antes de producirlos en Caracas, y Pedro M. Layatorres, nativo del estado Aragua, Maestro, Periodista, músico, poeta, cuentista y libretista, quien también se ocupó de dirigir los programas dominicales, que eran transmitidos en vivo desde los estudios de Televisa, canal privado (que luego pasaría a ser Venevisión) y luego la Televisora Nacional -canal 5, del Estado venezolano-. La señora Esther y el señor Pedro, como respetuosa y cariñosamente les llamábamos los integrantes del Conjunto Infantil Liliput, se dedicaban a tiempo completo a elaborar los libretos, las canciones, las coreografías, la asignación de cada rol a cada niño, según sus capacidades para el canto, el baile, la actuación. Los ensayos se llevaban a cabo en su propio apartamento, al final del pasillo del piso 6 del Edificio Plaza en la esquina de La Pelota, en la avenida Urdaneta de la capital. De martes a sábado, de 5 a 9 pm regularmente, ensayábamos para la ejecución el domingo a las 5 pm, luego de un previo ensayo general en el canal de la Colina. El programa no admitía retrasos ni fallas, por ser transmitido en vivo y directo, (luego llegaría el videotape, que permitiría repetir y editar escenas hasta lograr el resultado óptimo, combinando escenas en estudio con escenas en locaciones distantes, que es lo usual desde entonces en la TV).
Bambilandia comenzó en la radio, e inició actividades en Televisa el 20 de junio de 1953. Escribo lo que mis recuerdos y vivencias me permiten, formé parte de Bambilandia del 57 al 59, por lo que haré énfasis en ese lapso, pues me baso en lo que me consta por haberlo experimentado en carne y satisfacción propias. No puedo referirme con la misma solvencia a los períodos anterior y posterior a mi “pasantía” maravillosa, pues correría el riesgo de errar en mis apreciaciones, pero aclaro que disfruté del privilegio de mantener mis nexos de amistad con la señora Valdés y el señor Pedro durante muchos años, posteriores a mi separación del grupo. Los visitaba esporádicamente, y en 1972 Don Pedro se vino conmigo a Barquisimeto, y durante dos meses compartió con mi madre y conmigo, la ciudad y algunos viejos amigos que reencontró en la capital larense.
El mayor mérito de los creadores y sostenedores de Bambilandia brota con intensa evidencia, de estos párrafos que expresan lo esencial de su filosofía:
”Bambilandia no quiso nunca ser una diversión dedicada a los kindergarterinos, se inscribieron mayores de 7 años, no fueron niños prodigio, sino chicos con uso de razón a temprana edad, dispuestos a recibir enseñanzas, capaces de asimilarse a la disciplina de un grupo que funcionaba gratuitamente como una Academia. A Bambilandia no se presentaban aficionados a dedicarle canciones y poemas A MI APÁ, A MI AMÁ, AL PÚBLICO PRESENTE Y AUSENTE. No podía ser, porque este grupo tiene un Reglamento, mantiene un Elenco fijo, un Repertorio propio, de canciones, comedias, poemas infantiles. Fundamentalmente Bambilandia es un Espectáculo Musical, una Revista Infantil, por ello el grueso de nuestra producción es de canciones. Pero Música exclusiva del Conjunto, escrita especialmente para Bambilandia, cuidando escrupulosamente el contenido de las letras, que es donde radica el riesgo del trabajo realizado con niños. No concebimos a un niño de corta edad cantando un bolero pasional, una niña contorsionándose al ritmo de música sensual”.
Notable contraste con lo que vemos en algunos programas que se califican de infantiles y adulteran la naturaleza de los niños, obligándolos a imitar a los adultos, lo cual termina degenerando al concepto y a muchos de sus forzados protagonistas. Por supuesto que, tratándose de niños, sus representantes jugaban un papel importante, eran piezas clave para la salida al aire de cada programa, en la mayoría de los casos fueron maravillosos colaboradores del dueto Valdés-Layatorres, y Bambilandia le debe mucho a la permanente presencia y ayuda de los padres y madres que pusieron sus granitos de arena para mantener en alto la calidad del programa en que sus vástagos participaban.
Pero el peso primordial recaía sobre los hombros de aquella muy talentosa pareja, a veces aparentemente demasiado exigentes, a veces excéntricos, pero siempre pendientes de los detalles, dando cabida a todos los niños, sin preferencias, al punto de que nos sentíamos como si fuésemos una gran familia (lo prueba el hecho de que el cariño impregna todos los recuerdos de esa vivencia). Italo y Milvia Césari, Marisol Montesdeoca, Magaly Sayago, Norma Susana Poján, Fernando Sayalero, Marce Medina, Aura Amoroso, los hermanos Clarisa y Rosalbina Lares, Carlos y John Ruiz Poleo, Heissy y Luis García, Marlene, Luisa y Tony Montenegro, Zobeida, Paquito y Rodrigo Guerra, Rubén, Jorge y Héctor Henríquez, José Antonio “El Bobito” y yo, Esperanza Azuaje, Victoria Mancilla, Isabel Milington, Pedrito Bello, Herminia Martínez, Américo Toth, Carmita Ortega, son los nombres y apellidos que permanecen en mi juguetona memoria, de aquellos tres años que fuimos “familia”. La edad, los compromisos de estudio y trabajo (hice Radio y TV separado de Bambilandia, por la intermediación de la señora Valdés, quien era mi representante artístico), y las distancias geográficas (postgrado en Europa, inmediato al regreso fui asignado al Pedagógico de Barquisimeto) me aislaron de mis compañeros, aunque tuvimos una Reunión de “veteranos” en un apartamento a media cuadra de donde hoy está el Sambil de Chacao, en 1971.
Aura murió en 1958, sé que Milvia y John también se nos adelantaron, Marisol es gerente en una gran empresa (inútiles han sido mis intentos por contactarla a través del e-mail), Fernando y Carlos ya son abuelos, viven en Bolívar y Caracas, he conversado por teléfono con ambos y les voy a enviar por correo este artículo), con Ítalo coincidí en el Metro a pocas semanas de fallecer su hermana, y por supuesto visito a mi hermano en Caracas con la frecuencia que me permiten los 350 kilómetros que nos separan. A Carmita la vi varias veces en ocasión de sus ya lejanas visitas a Barquisimeto por las Ferias de septiembre, Magaly vive acá, Américo (con otro apellido) y Herminia siguen en la TV. Pero lamentablemente perdí las pistas de los demás, de quienes me encantaría saber. Despedí el año 57 en casa de Heissy y Luis, Bambilandia se presentó en el Círculo Militar de Caracas el 6 de enero del 58, son recuerdos imperecederos la piscina y hot dogs de esa tarde, Wolfgang Larrazábal, la Billo’s, el dictador MPJ vestido de gala esa noche, mi padrino Miguel R. Utrera, en su casa de San Sebastián (su pueblo, a donde íbamos varias veces al año), nos despertó al señor Pedro y a mí, muy temprano el 23, anunciando alborozado que cayó aquella dictadura militar. El señor Pedro vio truncarse su valioso proyecto de la Academia Popular de Música en la barriada de Coche, por sectarismos partidistas en 1972 (sus alumnos aprendían Teoría, Solfeo y Ejecución de instrumento en pocos meses). Había vuelto a su primer oficio, el Maestro deseaba compartir sus conocimientos y habilidades musicales, heredadas de su padre, quien no sólo tocaba el órgano en las Iglesias, sino que se dedicaba a reparar y afinar esos antiguos instrumentos. El órgano del señor Pedro era, en comparación, uno de reducidas dimensiones, acompañaba los ensayos en la sala de su apartamento. Nuestros viajes a Aragua y Guárico son parte de lo que más atesoro de mi adolescencia. En su viejo jeep, al que llamaba “Nicanor”, recorrimos las gastadas carreteras que nos conducían de Caracas a San Sebastián o San Juan de los Morros y viceversa (también tuvo un precioso y añejo Volvo, con luces de cruce que salían de la columna entre las ventanas laterales). Usaba a menudo el término “Machalú”, de su inspiración, para referirse a lo que los demás llamamos bolsa o pendejo, matizando las conversas durante las travesías. Cuando estaba con su amigo de toda la vida, el poeta Utrera, las conversaciones eran largas y en su caminar hacían pausas regulares cada tres metros, igual en las calles de San Sebastián como a orillas del Caramacate, el río cercano rodeado de frondosos árboles, en cuyas aguas casi me ahogué al lanzarme en un pozo que supuse de poca profundidad, y del cual salí casi gateando desde el fondo, mientras los dos entrañables amigos permanecían imperturbables en su rutina conversatoria, ajenos a mi penuria.
En una ocasión nos llevó a José y a mí a Puerto Cabello, era diciembre y disfrutamos de una patinata en el Malecón, que al amanecer culminaba con los más osados lanzándose con todo y patines (Winchester por supuesto), por encima de unas enormes rocas, al frío mar. En San Juan de los Morros me presentó a la familia Singer, a quienes visitamos varias veces, los mayores eran amigos del señor Pedro. Aparte del poeta Utrera y los Singer, el mundo personal que conocí del señor Pedro era muy reducido, su esposa Esther, el hijo adoptado por ambos, Pedrito, de quien supe hasta su adolescencia, dos antiguos compañeros de sus días iniciales en el Periodismo, a quienes reencontró en Barquisimeto, Casta J. Riera y Manuel Felipe López, únicamente recuerdo a otra persona que formó parte de su equipo durante mucho tiempo, Fredy Pancini, el fotógrafo a cargo de los testimonios gráficos del Conjunto Infantil Liliput, un lote de imágenes cuyo paradero ignoro y que sería importante recuperar. Sé que Fredy se casó con una venezolana, tuvieron un hijo, y vivían en Luxemburgo, donde ejercía de Traductor (me visitó dos veces en Barquisimeto, a finales de los 70, pero no he sabido más de él).
La genuina y escogida familia del señor Pedro fuimos los miembros de su selecta y excelente Academia y, al menos para mí fue como un padre. Crecimos con sus enseñanzas, me honraron con su amistad, y hoy les rindo este sencillo homenaje, en nombre de todos los que quedamos en deuda con Doña Esther y Don Pedro. Son muchos los recuerdos, pero resaltaré el final de una poesía, por resumir el humor que destilaba en sus obras: “No era una perra sarnosa, era una sarna perrosa, con figura de animal”. Un muy cariñoso saludo a todos los que integraron Bambilandia, ruego disculpen las omisiones de algunos nombres, fechas, sucesos, pero el padre tiempo es implacable, y cuando se es sexagenario es imposible no sufrir de ciertas lagunas en el amplio espacio de nuestros recuerdos. Por favor, si entre los lectores, con suerte están algunos de los que hicieron posible la maravilla que fue Bambilandia, o algún relacionado, pariente o amigo, refiéranle este escrito y díganles de mi parte que debemos re-unirnos. Les dejo acá mi dirección electrónica, por si alguno tiene información pertinente, o desea restablecer aquellos inolvidables lazos del más inocente, fructífero y remoto quehacer infantil. Mil gracias. Carpediem1245@gmail.com
05 dic 2011
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