JOSÉ VICENTE RANGEL REPUDIÓ LA BANDERA EXTRANJERA.
Edgard J. González.-
Me consta que José Vicente entró en cólera apenas la vio izada, y le dedicó varios minutos de su intervención con altoparlantes frente a una muchedumbre, a cuestionar que en territorio venezolano y junto a nuestra gloriosa bandera nacional, se hubieran atrevido a izar la de otro país. Argumentaba que era una afrenta inaceptable y que los venezolanos no deberían permitirlo. Yo me encontraba a escasos metros, realizaba José Vicente una visita política a mi centro de trabajo, y fui testigo cercano de su rechazo a esa “otra” bandera. Encolerizado, calificó de grave y bochornoso lo sucedido. Él era candidato a la presidencia, corría el año 1973, y coincidió su visita al viejo edificio del Pedagógico de Barquisimeto, diagonal al Hospital AMP, con la Inauguración de la tienda SEARS en el cercano Centro Comercial ARCA, donde cometieron el horrendo crimen de izar la bandera de los EEUU, país del cual provenía la empresa que vendía electrodomésticos, muebles, ropa y adornos. Escuchamos de su boca las consabidas consignas antiimperialistas, como si se tratara de la instalación de una Base Militar gringa, y estuviéramos siendo invadidos, en lugar del resultado de la tímida política de diversificación económica, que intentaba atraer capitales e inversionistas, para reducir nuestra dependencia de las exportaciones petroleras, reducir las importaciones, aumentar el Empleo y, gradualmente, la prosperidad del país.
Ese mismo personaje nada tiene que objetar al izamiento de la bandera cubana en el Fuerte Paramacay, símbolo de una omnipresencia en oficinas civiles e instalaciones militares, que se hace cargo de muchos asuntos inherentes a la Soberanía venezolana, incluyendo todo lo concerniente a la Identificación (Cédulas y Pasaportes), Notariado y Registro de todo tipo de Documentación, actividades castrenses y policiales. Se rasgaban las vestiduras por una Oficina en Fuerte Tiuna asignada a una Misión Militar de EEUU, la paja en el ojo ajeno, pero ni se inmutan ante la presencia de docenas de miles de cubanos, civiles y militares, a lo largo y ancho del territorio nacional, con funciones decisivas en asuntos que debieran ser de la exclusiva incumbencia de venezolanos, la viga en el ojo propio. Ese excesivo y muy selectivo celo patriotero, esa Doble Moral la practican todos los talibanes rojos, ese clan jurásico que permanece anclado en los años sesenta, mantiene intacta su visión mitológica de Fidel Castro, inalterados los dogmas que alimentaron las décadas de Guerra Fría, y a pesar de los profundos cambios ocurridos en las maquetas que su anacrónica ideología construyó en torno a la URSS, China, Vietnám, Corea del Norte y Cuba, ellos no han superado la etapa de Negación de la Realidad que les fue adversa, y se conducen como si las propuestas guerrilleras y terroristas no hubieran sido derrotadas, como si las aberraciones estalinistas y maoístas no hubieran colapsado, y los viejos esquemas de dominación no estuvieran en crisis y dando paso a nuevos esquemas, que contemplan más Democracia y mejor Capitalismo. El vuelco socio-económico ocurrido en los países que antes conformaron la URSS y su área de influencia, la China de Mao, y el Vietnám de Ho Chi Min, evidencian la inviabilidad del sistema Comunista. El reciente desplome de los regímenes autoritarios y longevos en Túnez, Egipto y Libia, en plena efervescencia protestataria en Yemen y Siria, con ciertos amagues de rebeldía en Arabia Saudita, Irán y Marruecos, indican que perdieron vigencia los despotismos y las pretensiones de revivir los obsoletos caudillismos, tan propios de siglos pasados. Estamos en plena Globalización, marcada por la participación colectiva real, no de teoría demagógica, a través del ingenioso uso de los modernos mecanismos de comunicación que convierten a todo usuario de un celular, una laptop, un ipod, un iphone, en reportero de los sucesos que protagoniza, y que cambian al planeta, de maneras que ni siquiera se imaginaban apenas 50 años atrás.
La Anorexia Ideológica aliena de tal forma a sus víctimas, que juran ver la crisis definitiva del Capitalismo mundial en cada falla puntual que se produce e invariablemente es superada. Pero a la vez, son incapaces de reconocer la Crisis definitiva que sufrieron sus propuestas estatistas, de partido y pensamiento únicos, en todas las versiones que esos experimentos adoptaron (soviético-estalinista, chino-maoísta, camboyano-polpotista, coreano-kimilsunista, y el parásito caribeño que se hunde a sólo 90 millas de los EEUU y espera que el imperio les lance un salvavidas, a mayor escala del que ya representan las remesas en dólares que reciben de sus familiares en el exterior, los cubanos que a duras penas sobreviven con salarios mensuales de 12 dólares, el siseo de mercancías en las empresas del Estado -que son casi todas- y la vergonzosa praxis de la Jinetería). De la isla que vio reducir su producción de azúcar a los niveles de un siglo atrás, nos llegan los técnicos que van a gerenciar nuestras Haciendas y Centrales azucareros. De la isla en que se produjo una epidemia de misteriosa ceguera, que afectó a miles, (cuya causa no pudo ser descubierta por sus “científicos” y debió ir a Cuba una delegación médica de la UCV para determinar que los daños en la visión derivaban de la desnutrición crónica), vienen los expertos en producción y distribución de alimentos para encargarse de las fincas que su agente expropia, y del acopio, transporte y venta de los productos (300.000 toneladas de alimentos ya se pudrieron bajo administración socialista) y los “médicos” que enfrentarán los retos de las enfermedades de los venezolanos, sin haber siquiera revalidado sus presuntos títulos, para demostrar que son tan capaces como los egresados de nuestras prestigiosas universidades tradicionales. De la isla de la que han tratado de escapar cientos de miles (la mayoría en improvisadas balsas, siempre hacia la Florida, jamás se ha visto a personas desesperadas que naveguen en sentido contrario), y encarcela a todos los que no repiten las consignas y las conductas que la fósil Nomenklatura autoriza y exige, llegan los especialistas en Represión que van a manejar toda la Data, muy probablemente basada en el espíritu excluyente de la Lista Tascón. De la isla que considera normales los períodos sin electricidad, y extraordinarios aquellos cuando la reciben, vienen los técnicos que van a diseñar y coordinar los mecanismos para reducir los apagones. Con dinero de todos los venezolanos colocaron un Cable Submarino entre nuestro país y la isla cárcel, y se construyó y mantiene funcionando en Cuba la UCI (Universidad de Ciencias Informáticas), ambos elementos sirven al propósito de controlar y adulterar los resultados electorales, que ya no le son favorables al régimen títere chavista, el mayor sostén de la dictadura castrista en la actualidad. De allá vinieron demasiados cubanos, con sus banderas, sus fracasos, sus falsos logros, sus miserias, sus consignas y mitos, sus órdenes, sus intenciones bastardas, y no causan rechazo en ningún chavista. Tampoco Gadaffi y su círculo de allegados vieron los indicios de lo que los iba a arrollar. Pésimos ingredientes son el Narcisismo, la Megalomanía, el Dogmatismo y la Prepotencia.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
LA ENCUESTA MÁS CONFIABLE.
LA ENCUESTA MÁS CONFIABLE.
Edgard J. González.-
Una encuesta es un producto, emanado de una empresa que cobra por prestar ese Servicio, procurando un Margen de Ganancia y la Satisfacción del Cliente, para mantener la posibilidad de que contrate una encuesta subsiguiente. El Lucro y la Complacencia son dos elementos que contaminan los resultados, que proviniendo de fuentes estadísticas, es decir de partes de un Universo supuestamente escogidas al azar, como una mínima proporción que va a representar al total del cual forma parte, son fácilmente manipulables, pues no hay forma de conocer a los individuos que fueron encuestados ni de constatar que las respuestas ocurrieron en la manera y cantidad en que son finalmente presentadas. Las Encuestas presentan dos características evidentes, que nos llevan a desconfiar de ellas; 1. Resultan favorables al contratante 2. Fallan considerablemente en sus diagnósticos o vaticinios. Que con frecuencia sean complacientes con quien las contrata, nos lleva a considerar la opción de que al elaborar, aplicar y analizar el Cuestionario y las Respuestas que obtiene, ya de antemano esas tres acciones llevan el propósito de lograr determinados resultados, que sean favorables al Cliente. La Redacción de las preguntas, el Orden en que son presentadas, los conglomerados en los cuales son aplicadas y su interpretación posterior, pueden conducir a resultados previamente concebidos, que pueden ser parcial o totalmente contrarios a la Realidad, dependiendo de la falta de Ética de ambos, Contratante y Contratado, su falta de escrúpulos para estafar a la Opinión Pública.
Las bases primordiales de una Encuesta son los individuos que presuntamente fueron consultados, en lenguaje aparentemente muy técnico y apoyado en gráficos nos presentan el número y la ubicación de los encuestados, asegurando que la herramienta cumple todos los requisitos para garantizar objetividad, rigor científico, lo que apuntala su carácter de método infalible para conocer las Opiniones y Tendencias de una Población, en base a las respuestas de una porción porcentualmente estimada como suficiente (y como para que no queden dudas, establecen hasta un margen de error del 0,2 % por arriba y por debajo de sus resultados, lo que, sumado a los datos de sexo, edades, y ubicación de los participantes, refuerza su imagen de instrumento de medición incuestionable).
La invisibilidad de los encuestados, su anonimato absoluto dentro de la bruma estadística, hace imposible que las personas comunes y corrientes tengan opciones para corroborar que verdaderamente existen, que participaron en esa Encuesta y que la misma refleja fielmente lo que ellos respondieron. La buena fe de la mayoría les da credibilidad, partiendo del supuesto -no negado en principio genérico- de que se trata de empresas serias, incapaces de inventar o adulterar la Encuesta misma o sus resultados. Hasta que los mismos chocan con la percepción individual de cada quien, produciendo un contraste tan grande, que hace incompatibles la visión que uno tiene de la realidad circundante con la visión que nos presenta esta “realidad surgida de un muestreo” realizado en el tiempo y en el espacio en que todos vivimos.
Si, por ejemplo, se realiza un Concierto en el Poliedro, y al día siguiente una reseña periodística señala que “hubo un lleno total en aquel recinto, y fueron satisfechas todas las expectativas del público a partir de impecables interpretaciones de los músicos invitados”, la absoluta mayoría de los que reciban esta información supondrán que es objetiva y refleja lo ocurrido en ese evento. Los que no asistieron al mismo, dependen de su buena fe en el medio y en el responsable de la noticia. Pero si el evento no tuvo esas características, y por el contrario hubo muy poco público y mucha insatisfacción pues la calidad del Concierto fue pésima, los únicos que sentirán el contraste entre la información adulterada y la realidad son los que estuvieron allí presentes; Público, artistas, técnicos, empresario, empleados del Poliedro y Personal de Seguridad. Quedará en evidencia que se engaña a la Población total, a fin de no perjudicar la trayectoria de los artistas y el negocio a futuro del empresario a cargo, en la suposición de que los pocos que saben la verdad de lo sucedido no van a desmentir a quienes produjeron esa adulteración por conveniencia propia.
Pero en el ejemplo anterior, existe la posibilidad, remota pero cierta, de que sea revelada la Verdad, si uno o varios de los asistentes al acto se proponen revertir la estafa y exigen al medio y al responsable de la información falseada, que se retracte y, por respeto a la Sociedad, haga saber la verdad absoluta. Pero en una Encuesta, salvo los que la hacen, no existen las personas de carne y hueso que pudieran ser testigos y dar constancia de que el evento ocurrió, y de que ocurrió de la forma en que nos lo describen, con la cantidad de encuestados señalados, en los espacios y fechas que se indican, con las respuestas que presuntamente obtuvieron, y que las mismas fueron interpretadas como corresponde. Yo tengo 65 años y JAMÁS he sido encuestado ni he visto realizar una Encuesta. Cada lector, algún familiar o amigo suyo, puede decir si ha participado alguna vez, siendo tantas las Encuestas que supuestamente han ocurrido y ocurren en Venezuela.
En cambio, todos hemos sido víctimas, o conocemos más de un caso, de quien ha sufrido un atraco, un secuestro, una violación, un asesinato, una golpiza, un abuso de autoridad, incompetencia y retardo en la tramitación de algún documento, denegación de Justicia, rechazo para un cargo por aplicación de la Lista Tascón (aunque se esté capacitado y se llenen los requisitos), extorsión o chantaje a partir de delincuentes o funcionarios, y todas las variantes que la Corrupción adopta, en este país donde más pesan las arbitrariedades y el tráfico de influencias, que las leyes y normativas vigentes. Igualmente conocemos de los aumentos de precios, las dificultades para conseguir determinados productos, cambios en la calidad y cantidad de algunos, somos los protagonistas del llamado Costo de la Vida. De modo que ninguna Encuesta puede venir a presentarnos una Realidad diferente de la que experimentamos a diario en carne y en sufrimiento propios, por mucho que la reproduzcan por prensa escrita, Radio y TV, así sea en Cadena. Las Encuestas derivan de porcentajes virtuales, nosotros somos la Realidad.
Cuando una empresa, a partir de una supuesta encuesta, afirma que no ocurre lo que nosotros percibimos cotidianamente, o que más del 50 % de los encuestados, que son la representación de la totalidad de la población, respalda la destructiva gestión de gobierno que ha hecho posible que la Inflación se mantenga sobre el 30 % anual (muy probablemente la mayor del planeta), la Inseguridad produzca sobre 19.000 asesinados cada año (75 por cada 100.000, también la máxima mundial), miles de empresas pequeñas y medianas tuvieran que cerrar o hayan sido arbitrariamente expropiadas, lo que necesariamente genera desempleo y ruina, que las empresas administradas por el Estado hayan visto reducir su producción, productividad y eficiencia, que el 70 % del consumo alimentario se satisface con Importaciones (de rubros que antes producíamos) y simultáneamente se dejan podrir los alimentos por cientos de miles de toneladas , que no sea capaz el sector público de construir en trece años las viviendas que en cinco años hacía cualquier gobierno anterior y que, en paralelo a todo lo anterior, se despilfarren miles de millones de dólares en Corrupción, compras de armamentos, y regalos a regímenes no democráticos, del Clan de déspotas corruptos e incapaces cuyo primordial objetivo es estrictamente personal: Mantenerse en el poder hasta la muerte, de ser posible estableciendo los mecanismos que garanticen que ellos puedan designar a sus sucesores vitalicios. Cuando las Encuestas deforman la Realidad que vivimos, sentimos y sufrimos, sabemos que mienten, sabemos que adulteran la Verdad, buscando en vano colocar su Espejismo sobre nuestras convicciones y certezas.
Edgard J. González.-
Una encuesta es un producto, emanado de una empresa que cobra por prestar ese Servicio, procurando un Margen de Ganancia y la Satisfacción del Cliente, para mantener la posibilidad de que contrate una encuesta subsiguiente. El Lucro y la Complacencia son dos elementos que contaminan los resultados, que proviniendo de fuentes estadísticas, es decir de partes de un Universo supuestamente escogidas al azar, como una mínima proporción que va a representar al total del cual forma parte, son fácilmente manipulables, pues no hay forma de conocer a los individuos que fueron encuestados ni de constatar que las respuestas ocurrieron en la manera y cantidad en que son finalmente presentadas. Las Encuestas presentan dos características evidentes, que nos llevan a desconfiar de ellas; 1. Resultan favorables al contratante 2. Fallan considerablemente en sus diagnósticos o vaticinios. Que con frecuencia sean complacientes con quien las contrata, nos lleva a considerar la opción de que al elaborar, aplicar y analizar el Cuestionario y las Respuestas que obtiene, ya de antemano esas tres acciones llevan el propósito de lograr determinados resultados, que sean favorables al Cliente. La Redacción de las preguntas, el Orden en que son presentadas, los conglomerados en los cuales son aplicadas y su interpretación posterior, pueden conducir a resultados previamente concebidos, que pueden ser parcial o totalmente contrarios a la Realidad, dependiendo de la falta de Ética de ambos, Contratante y Contratado, su falta de escrúpulos para estafar a la Opinión Pública.
Las bases primordiales de una Encuesta son los individuos que presuntamente fueron consultados, en lenguaje aparentemente muy técnico y apoyado en gráficos nos presentan el número y la ubicación de los encuestados, asegurando que la herramienta cumple todos los requisitos para garantizar objetividad, rigor científico, lo que apuntala su carácter de método infalible para conocer las Opiniones y Tendencias de una Población, en base a las respuestas de una porción porcentualmente estimada como suficiente (y como para que no queden dudas, establecen hasta un margen de error del 0,2 % por arriba y por debajo de sus resultados, lo que, sumado a los datos de sexo, edades, y ubicación de los participantes, refuerza su imagen de instrumento de medición incuestionable).
La invisibilidad de los encuestados, su anonimato absoluto dentro de la bruma estadística, hace imposible que las personas comunes y corrientes tengan opciones para corroborar que verdaderamente existen, que participaron en esa Encuesta y que la misma refleja fielmente lo que ellos respondieron. La buena fe de la mayoría les da credibilidad, partiendo del supuesto -no negado en principio genérico- de que se trata de empresas serias, incapaces de inventar o adulterar la Encuesta misma o sus resultados. Hasta que los mismos chocan con la percepción individual de cada quien, produciendo un contraste tan grande, que hace incompatibles la visión que uno tiene de la realidad circundante con la visión que nos presenta esta “realidad surgida de un muestreo” realizado en el tiempo y en el espacio en que todos vivimos.
Si, por ejemplo, se realiza un Concierto en el Poliedro, y al día siguiente una reseña periodística señala que “hubo un lleno total en aquel recinto, y fueron satisfechas todas las expectativas del público a partir de impecables interpretaciones de los músicos invitados”, la absoluta mayoría de los que reciban esta información supondrán que es objetiva y refleja lo ocurrido en ese evento. Los que no asistieron al mismo, dependen de su buena fe en el medio y en el responsable de la noticia. Pero si el evento no tuvo esas características, y por el contrario hubo muy poco público y mucha insatisfacción pues la calidad del Concierto fue pésima, los únicos que sentirán el contraste entre la información adulterada y la realidad son los que estuvieron allí presentes; Público, artistas, técnicos, empresario, empleados del Poliedro y Personal de Seguridad. Quedará en evidencia que se engaña a la Población total, a fin de no perjudicar la trayectoria de los artistas y el negocio a futuro del empresario a cargo, en la suposición de que los pocos que saben la verdad de lo sucedido no van a desmentir a quienes produjeron esa adulteración por conveniencia propia.
Pero en el ejemplo anterior, existe la posibilidad, remota pero cierta, de que sea revelada la Verdad, si uno o varios de los asistentes al acto se proponen revertir la estafa y exigen al medio y al responsable de la información falseada, que se retracte y, por respeto a la Sociedad, haga saber la verdad absoluta. Pero en una Encuesta, salvo los que la hacen, no existen las personas de carne y hueso que pudieran ser testigos y dar constancia de que el evento ocurrió, y de que ocurrió de la forma en que nos lo describen, con la cantidad de encuestados señalados, en los espacios y fechas que se indican, con las respuestas que presuntamente obtuvieron, y que las mismas fueron interpretadas como corresponde. Yo tengo 65 años y JAMÁS he sido encuestado ni he visto realizar una Encuesta. Cada lector, algún familiar o amigo suyo, puede decir si ha participado alguna vez, siendo tantas las Encuestas que supuestamente han ocurrido y ocurren en Venezuela.
En cambio, todos hemos sido víctimas, o conocemos más de un caso, de quien ha sufrido un atraco, un secuestro, una violación, un asesinato, una golpiza, un abuso de autoridad, incompetencia y retardo en la tramitación de algún documento, denegación de Justicia, rechazo para un cargo por aplicación de la Lista Tascón (aunque se esté capacitado y se llenen los requisitos), extorsión o chantaje a partir de delincuentes o funcionarios, y todas las variantes que la Corrupción adopta, en este país donde más pesan las arbitrariedades y el tráfico de influencias, que las leyes y normativas vigentes. Igualmente conocemos de los aumentos de precios, las dificultades para conseguir determinados productos, cambios en la calidad y cantidad de algunos, somos los protagonistas del llamado Costo de la Vida. De modo que ninguna Encuesta puede venir a presentarnos una Realidad diferente de la que experimentamos a diario en carne y en sufrimiento propios, por mucho que la reproduzcan por prensa escrita, Radio y TV, así sea en Cadena. Las Encuestas derivan de porcentajes virtuales, nosotros somos la Realidad.
Cuando una empresa, a partir de una supuesta encuesta, afirma que no ocurre lo que nosotros percibimos cotidianamente, o que más del 50 % de los encuestados, que son la representación de la totalidad de la población, respalda la destructiva gestión de gobierno que ha hecho posible que la Inflación se mantenga sobre el 30 % anual (muy probablemente la mayor del planeta), la Inseguridad produzca sobre 19.000 asesinados cada año (75 por cada 100.000, también la máxima mundial), miles de empresas pequeñas y medianas tuvieran que cerrar o hayan sido arbitrariamente expropiadas, lo que necesariamente genera desempleo y ruina, que las empresas administradas por el Estado hayan visto reducir su producción, productividad y eficiencia, que el 70 % del consumo alimentario se satisface con Importaciones (de rubros que antes producíamos) y simultáneamente se dejan podrir los alimentos por cientos de miles de toneladas , que no sea capaz el sector público de construir en trece años las viviendas que en cinco años hacía cualquier gobierno anterior y que, en paralelo a todo lo anterior, se despilfarren miles de millones de dólares en Corrupción, compras de armamentos, y regalos a regímenes no democráticos, del Clan de déspotas corruptos e incapaces cuyo primordial objetivo es estrictamente personal: Mantenerse en el poder hasta la muerte, de ser posible estableciendo los mecanismos que garanticen que ellos puedan designar a sus sucesores vitalicios. Cuando las Encuestas deforman la Realidad que vivimos, sentimos y sufrimos, sabemos que mienten, sabemos que adulteran la Verdad, buscando en vano colocar su Espejismo sobre nuestras convicciones y certezas.
CÁRCELES, CORRUPCIÓN, INCAPACIDAD Y ABSCESOS.
CÁRCELES, CORRUPCIÓN, INCAPACIDAD Y ABSCESOS.
Edgard J. González.-
Hay CRISIS en cada uno de los más graves problemas que debía enfrentar y resolver este régimen militar cursi, patriotero, anacrónico y entreguista. La Crisis Económica se manifiesta en la inflación promedio del 30 % anual (de 0 a 5 en el resto del mundo), creciente Desempleo, ataques constantes a las Empresas, Iniciativas y Propiedades Privadas, el país es totalmente dependiente de las exportaciones petroleras y de las importaciones alimentarias. La Crisis Eléctrica se evidencia en los constantes apagones y las cínicas respuestas del oficialismo, intentando culpar a los usuarios que utilizan la cantidad de energía eléctrica que corresponde al consumo normal de un hogar o empresa, por la cual pagan mensualmente. No reconoce el gobierno la falta de mantenimiento e inversiones para ir al ritmo de la demanda eléctrica del país (que no puede ser la misma del 98), tampoco la enorme sangría protagonizada por los cientos de miles que se roban la luz (para compensarlo, le suben las facturas a los que sí pagan, y para colmo amenazan con “multarlos” por mantener su consumo normal, sin tocar a los que se guindan directo de los postes, votos amarrados). La Crisis de Vivienda ha sido acentuada por el aumento en las lluvias del país, y derivado de ello el incremento en las inundaciones y los derrumbes. Consecuencialmente, las cifras de damnificados también se multiplican, y los más desposeídos chocan contra la imprevisión e improvisación del combo de ineptos que encabeza el golpista del 92, marioneta de los Castro.
Como es absolutamente imposible hacer Demagogia con la Economía, cuando simultáneamente se sostienen los dogmas comunistas que, como en la naturaleza del escorpión, los llevan a agredir cualquier forma de propiedad particular, a fin de someter y dominar a la sociedad desde el Monopolio total del Estado, ni se pueden superar con discursos y amenazas, las graves insuficiencias que doce años y medio de negligencia han volcado sobre el Sistema de Generación Nacional, decidieron poner todas sus fichas proselitistas en la promesa de construir en menos de dos años lo que no hicieron en doce años, (con más ingresos y más posibilidades de obtener la colaboración de los que saben y pueden hacer viviendas, los constructores, a quienes les escondieron las cabillas y el cemento, les complicaron los trámites burocráticos, y por último los expropiaron, en otro remake de la eterna excusa roja, los culpables tienen que ser otros, nunca los que gobiernan). Esta farsa electorera se les está cayendo por su propio peso, y la “Misión Vivienda” comprometida a construir nada menos que DOS MILLONES DE CASAS, no va más allá del salsoso jingle propagandístico, las maquetas y los papelitos, que son un Vale al Portador, para que les sea entregada una Vivienda poco después de que la rana eche pelos y se haya hecho crinejas.
Hete aquí que, sin resolver ninguno de los primordiales problemas, en medio de protestas numerosas (2500 el año pasado, igual número en lo que va del 2011), con la popularidad en caída libre, al caudillo le revientan dos abscesos, el de su salud y el del Sistema Penitenciario. El del cuerpo le reventó por la cadera, el de las cárceles por la de El Rodeo (aunque en ambos casos la procesión va por dentro y la sintomatología involucra muchas más partes). El pus que tiene adentro se lo fue a sacar en Cuba, el que está regado por todo el organismo del país, gracias a su inepta gestión, no lo puede trasladar a ninguna parte y, como una cadena de volcanes, va a hacer erupción en diferentes lugares, y con variadas intensidades. Y si continúan aplicando las recetas dogmáticas la situación general va a colapsar, dejándonos sin electricidad, sin producción, sin viviendas, sin alimentos, (y como pique y se extienda el “absceso”, que el secretismo oficial nos ofrece como única píldora informativa, también estaremos sin caudillo, lo cual agrega otro problema imposible de solucionar, al montón que jamás van a poder resolver los revolucionarios de pacotilla que, en lugar de actualizarse en Historia Contemporánea y reconocer lo ocurrido en la URSS, China, Vietnám, se fueron de bruces a montar acá una sucursal de la dictadura castro-estalinista, y van por la misma vía hacia el mismo fracaso).
Las cárceles, en Teoría, son infraestructuras en las cuales la Sociedad mantiene a los individuos que han delinquido, luego de haber sido detenidos, juzgados y condenados, dentro de perímetros que garanticen su aislamiento, impidan su fuga, y procuren simultáneamente Castigo, por las faltas que cometieron, y Educación, para su idónea Reinserción en la Sociedad, cumplida la Pena que el Sistema legal les impuso. En Venezuela, y muy especialmente desde que los militares de filiación marxistoide asumieron el control del país, algunos presos controlan los presidios, dentro de ellos disfrutan de un conjunto de privilegios (piscina, mesa de Billar, pernocta de familias enteras) que convierten a su vida tras las rejas en algo mucho mejor que la azarosa existencia que llevaban afuera, donde debían esconderse de las autoridades que –supuestamente- los buscaban para presentarlos a tribunales con las suficientes pruebas, que condujeran a su condena legal y aceptable. Hemos visto asombrados, por imágenes de TV, grandes paquetes de drogas (marihuana, cocaína), armas de todo calibre (revólveres, pistolas, fusiles, ametralladoras, cacerinas, municiones, granadas), y es vox populi que desde las cárceles y mediante la permanente utilización de computadoras, servicio de Internet y telefonía celular, se organizan y se llevan a cabo crímenes de toda índole, extorsión, secuestros, atracos, asesinatos por sicariato. Las 34 cárceles que hay en Venezuela albergan 44.520 reclusos, ninguno de estos 34 penales está administrado por la MUD ni por el Imperio estadounidense, de modo que no se puede responsabilizar por lo que en ellas ocurra, ni a William Ojeda ni a Barack Obama. Tenemos entendido que dependen de organismos y personas que forman parte del régimen chavista, esos que llevan 12 años afirmando que “la Revolución Bolivariana realiza la humanización de las cárceles”, humanización que ha producido 1.762 muertos y 3.479 heridos sólo en los pasados 4 años, y la muy anómala situación de que los reclusos más peligrosos tengan un arsenal a su libre disposición y puedan girar instrucciones que faciliten o impidan los traslados a tribunales, así como en Uribana organizan sangrientos “Coliseos” enfrentando entre sí a los presos, que caprichosamente decidan los jefes o “Pranes”.
Es obvio que los establecimientos penitenciarios en Venezuela no cumplen sus funciones esenciales, Castigar a los delincuentes y a la vez procurar conducirlos hacia la Reinserción en la Sociedad a la cual regresarán, cumplidas sus sentencias. Quien disfruta de armas, drogas, piscina, pernocta de familiares o prostitutas, celular, internet, laptops, no está siendo castigado. Quien, haciendo uso de las redes sociales en Internet, se dedica a investigar para elaborar su Lista de Secuestrables, Extorsionables, o dirige desde adentro una banda que afuera asesina, roba, secuestra, de ninguna manera está siendo conducido a su Reinserción positiva, sino que se mantiene dentro de la cárcel cometiendo los mismos o peores crímenes, que aquellos por los que fuera detenido por la Policía, y condenado por los tribunales. Los Derechos de las víctimas, que fueron violados cuando se cometieron los delitos, siguen siendo violentados por un Sistema Penitenciario en el que los victimarios ejercen el control, agravado por el hecho de que quienes tienen a cargo esos penales, se enriquecen ilícitamente facilitando o practicando negociaciones que hacen ingresar las armas, las drogas, y todo lo que sirve para crear un mundo privilegiado que injustificadamente beneficia a los criminales, mientras que sus víctimas yacen en los cementerios, sufren las secuelas de la agresión que posiblemente los dejó heridos y despojados de buena parte del fruto de los esfuerzos que las personas decentes y civilizadas hacen cada día, para tener un hogar, y darle alimentación, ropa, transporte y modos de superarse a sus hijos.
El chavismo es gobierno desde el 2 de febrero de 1999, van doce años y casi 5 meses, de modo que ya no pueden seguir echando las culpas a los gobiernos de AD y COPEI, inclusive Chávez ya es el gobierno anterior, y su discurso repetitivo a estas alturas ya cansa hasta a los rojos rojitos, que esperaban verle el queso a esta tostada, y reciben las mismas justificaciones, las mismas excusas, en similares cadenas, ya no ven ni la tostada, y para colmo ahora les transmiten una súper novela desde La Habana, el Refugio del Damnificado mayor, Mitómano resentido a quien cada promesa incumplida se le convirtió en una gota de pus. No hay mal que dure cien años….Hitler duró doce.
Edgard J. González.-
Hay CRISIS en cada uno de los más graves problemas que debía enfrentar y resolver este régimen militar cursi, patriotero, anacrónico y entreguista. La Crisis Económica se manifiesta en la inflación promedio del 30 % anual (de 0 a 5 en el resto del mundo), creciente Desempleo, ataques constantes a las Empresas, Iniciativas y Propiedades Privadas, el país es totalmente dependiente de las exportaciones petroleras y de las importaciones alimentarias. La Crisis Eléctrica se evidencia en los constantes apagones y las cínicas respuestas del oficialismo, intentando culpar a los usuarios que utilizan la cantidad de energía eléctrica que corresponde al consumo normal de un hogar o empresa, por la cual pagan mensualmente. No reconoce el gobierno la falta de mantenimiento e inversiones para ir al ritmo de la demanda eléctrica del país (que no puede ser la misma del 98), tampoco la enorme sangría protagonizada por los cientos de miles que se roban la luz (para compensarlo, le suben las facturas a los que sí pagan, y para colmo amenazan con “multarlos” por mantener su consumo normal, sin tocar a los que se guindan directo de los postes, votos amarrados). La Crisis de Vivienda ha sido acentuada por el aumento en las lluvias del país, y derivado de ello el incremento en las inundaciones y los derrumbes. Consecuencialmente, las cifras de damnificados también se multiplican, y los más desposeídos chocan contra la imprevisión e improvisación del combo de ineptos que encabeza el golpista del 92, marioneta de los Castro.
Como es absolutamente imposible hacer Demagogia con la Economía, cuando simultáneamente se sostienen los dogmas comunistas que, como en la naturaleza del escorpión, los llevan a agredir cualquier forma de propiedad particular, a fin de someter y dominar a la sociedad desde el Monopolio total del Estado, ni se pueden superar con discursos y amenazas, las graves insuficiencias que doce años y medio de negligencia han volcado sobre el Sistema de Generación Nacional, decidieron poner todas sus fichas proselitistas en la promesa de construir en menos de dos años lo que no hicieron en doce años, (con más ingresos y más posibilidades de obtener la colaboración de los que saben y pueden hacer viviendas, los constructores, a quienes les escondieron las cabillas y el cemento, les complicaron los trámites burocráticos, y por último los expropiaron, en otro remake de la eterna excusa roja, los culpables tienen que ser otros, nunca los que gobiernan). Esta farsa electorera se les está cayendo por su propio peso, y la “Misión Vivienda” comprometida a construir nada menos que DOS MILLONES DE CASAS, no va más allá del salsoso jingle propagandístico, las maquetas y los papelitos, que son un Vale al Portador, para que les sea entregada una Vivienda poco después de que la rana eche pelos y se haya hecho crinejas.
Hete aquí que, sin resolver ninguno de los primordiales problemas, en medio de protestas numerosas (2500 el año pasado, igual número en lo que va del 2011), con la popularidad en caída libre, al caudillo le revientan dos abscesos, el de su salud y el del Sistema Penitenciario. El del cuerpo le reventó por la cadera, el de las cárceles por la de El Rodeo (aunque en ambos casos la procesión va por dentro y la sintomatología involucra muchas más partes). El pus que tiene adentro se lo fue a sacar en Cuba, el que está regado por todo el organismo del país, gracias a su inepta gestión, no lo puede trasladar a ninguna parte y, como una cadena de volcanes, va a hacer erupción en diferentes lugares, y con variadas intensidades. Y si continúan aplicando las recetas dogmáticas la situación general va a colapsar, dejándonos sin electricidad, sin producción, sin viviendas, sin alimentos, (y como pique y se extienda el “absceso”, que el secretismo oficial nos ofrece como única píldora informativa, también estaremos sin caudillo, lo cual agrega otro problema imposible de solucionar, al montón que jamás van a poder resolver los revolucionarios de pacotilla que, en lugar de actualizarse en Historia Contemporánea y reconocer lo ocurrido en la URSS, China, Vietnám, se fueron de bruces a montar acá una sucursal de la dictadura castro-estalinista, y van por la misma vía hacia el mismo fracaso).
Las cárceles, en Teoría, son infraestructuras en las cuales la Sociedad mantiene a los individuos que han delinquido, luego de haber sido detenidos, juzgados y condenados, dentro de perímetros que garanticen su aislamiento, impidan su fuga, y procuren simultáneamente Castigo, por las faltas que cometieron, y Educación, para su idónea Reinserción en la Sociedad, cumplida la Pena que el Sistema legal les impuso. En Venezuela, y muy especialmente desde que los militares de filiación marxistoide asumieron el control del país, algunos presos controlan los presidios, dentro de ellos disfrutan de un conjunto de privilegios (piscina, mesa de Billar, pernocta de familias enteras) que convierten a su vida tras las rejas en algo mucho mejor que la azarosa existencia que llevaban afuera, donde debían esconderse de las autoridades que –supuestamente- los buscaban para presentarlos a tribunales con las suficientes pruebas, que condujeran a su condena legal y aceptable. Hemos visto asombrados, por imágenes de TV, grandes paquetes de drogas (marihuana, cocaína), armas de todo calibre (revólveres, pistolas, fusiles, ametralladoras, cacerinas, municiones, granadas), y es vox populi que desde las cárceles y mediante la permanente utilización de computadoras, servicio de Internet y telefonía celular, se organizan y se llevan a cabo crímenes de toda índole, extorsión, secuestros, atracos, asesinatos por sicariato. Las 34 cárceles que hay en Venezuela albergan 44.520 reclusos, ninguno de estos 34 penales está administrado por la MUD ni por el Imperio estadounidense, de modo que no se puede responsabilizar por lo que en ellas ocurra, ni a William Ojeda ni a Barack Obama. Tenemos entendido que dependen de organismos y personas que forman parte del régimen chavista, esos que llevan 12 años afirmando que “la Revolución Bolivariana realiza la humanización de las cárceles”, humanización que ha producido 1.762 muertos y 3.479 heridos sólo en los pasados 4 años, y la muy anómala situación de que los reclusos más peligrosos tengan un arsenal a su libre disposición y puedan girar instrucciones que faciliten o impidan los traslados a tribunales, así como en Uribana organizan sangrientos “Coliseos” enfrentando entre sí a los presos, que caprichosamente decidan los jefes o “Pranes”.
Es obvio que los establecimientos penitenciarios en Venezuela no cumplen sus funciones esenciales, Castigar a los delincuentes y a la vez procurar conducirlos hacia la Reinserción en la Sociedad a la cual regresarán, cumplidas sus sentencias. Quien disfruta de armas, drogas, piscina, pernocta de familiares o prostitutas, celular, internet, laptops, no está siendo castigado. Quien, haciendo uso de las redes sociales en Internet, se dedica a investigar para elaborar su Lista de Secuestrables, Extorsionables, o dirige desde adentro una banda que afuera asesina, roba, secuestra, de ninguna manera está siendo conducido a su Reinserción positiva, sino que se mantiene dentro de la cárcel cometiendo los mismos o peores crímenes, que aquellos por los que fuera detenido por la Policía, y condenado por los tribunales. Los Derechos de las víctimas, que fueron violados cuando se cometieron los delitos, siguen siendo violentados por un Sistema Penitenciario en el que los victimarios ejercen el control, agravado por el hecho de que quienes tienen a cargo esos penales, se enriquecen ilícitamente facilitando o practicando negociaciones que hacen ingresar las armas, las drogas, y todo lo que sirve para crear un mundo privilegiado que injustificadamente beneficia a los criminales, mientras que sus víctimas yacen en los cementerios, sufren las secuelas de la agresión que posiblemente los dejó heridos y despojados de buena parte del fruto de los esfuerzos que las personas decentes y civilizadas hacen cada día, para tener un hogar, y darle alimentación, ropa, transporte y modos de superarse a sus hijos.
El chavismo es gobierno desde el 2 de febrero de 1999, van doce años y casi 5 meses, de modo que ya no pueden seguir echando las culpas a los gobiernos de AD y COPEI, inclusive Chávez ya es el gobierno anterior, y su discurso repetitivo a estas alturas ya cansa hasta a los rojos rojitos, que esperaban verle el queso a esta tostada, y reciben las mismas justificaciones, las mismas excusas, en similares cadenas, ya no ven ni la tostada, y para colmo ahora les transmiten una súper novela desde La Habana, el Refugio del Damnificado mayor, Mitómano resentido a quien cada promesa incumplida se le convirtió en una gota de pus. No hay mal que dure cien años….Hitler duró doce.
CHÁVEZ EN EPISODIOS DE DOCTOR HOUSE.
CHÁVEZ EN EPISODIOS DE DOCTOR HOUSE.
Edgard J. González.-
La televisión está siempre a la caza de nuevas modalidades para enfrentar el tedio que la repetición necesariamente causa en las audiencias. Del blanco y negro pasamos al color, de las tomas sencillas a partir de dos o tres cámaras, a la simultaneidad de muchas cámaras, incluyendo tomas aéreas, intercaladas con acercamientos que muestran hasta las marcas del acné en las caras de los protagonistas. De las transmisiones en vivo y directo, pasamos a los programas grabados y editados, del sonido monofónico saltamos al estereofónico, y ya llegan las imágenes en tres dimensiones, que en algunos equipos ni siquiera requerirán del uso de lentes especiales.
Los temas también varían, hay programas de entretenimiento, telenovelas que son marca registrada de Latinoamérica, documentales sobre la Naturaleza y la Cultura, y Series que abarcan desde cotidianidades hogareñas hasta aventuras en el espacio interestelar, policiales, de vampiros, grupos de solteros o casados en formato de drama o de comedia. Pero nos limitaremos al mundo de la Medicina visto desde la perspectiva de los productores de Hollywood, para representar la evolución en cada submundo televisado, a fin de sorprender a los televidentes y garantizar que se queden enganchados, ofreciéndoles cambios que refresquen las tramas y logren en el público el espejismo de que están frente a algo novedoso, distinto a lo anterior, ergo interesante y digno del tiempo que va a permanecer ante el receptor de imagen y sonido, ante la carnada de una serie que le da al tema un enfoque absolutamente diferente a todos los conocidos previamente.
Los dramas asociados a la salud comenzaron en la TV con los famosos doctores Kildare y Ben Casey , series que giraban en torno a la figura carismática y bonachona de estos galenos, más bien representantes de la praxis médica familiar, pues en general los pacientes pertenecían a un grupo social restringido geográficamente, y todos terminaban conociendo y agradeciendo por su eficaz tratamiento curativo, al galán en bata blanca con el estetoscopio al cuello.
La modernización en los enfoques trajo consigo modelos mucho más complicados, desde grandes hospitales surgían los melodramas que secuestraban nuestra atención con cortas escenas en contínuas ráfagas, muchos protagonistas y pacientes simultáneamente, todo convergiendo en múltiples finales, donde por igual se salvaban unos cuantos pero también le declaraban la hora de la muerte a otra porción, como para reflejar lo que sucede en la vida real (aunque los métodos, la parafernalia de equipos y la pulcritud de los ambientes hospitalarios no fuese para nada semejante a la que estamos acostumbrados a encontrar en los países tercermundistas). La serie más popular y representativa de esta etapa fue ER (Emergency Room), a partir de allí tuvieron que devanarse los sesos los creativos de la TV en el imperio, para ingresar a una nueva etapa, que pudiera superar el rotundo éxito obtenido por ER y en lo particular, sus protagonistas. Con Grey’s Anatomy trataron de superar ER pero apenas mostraron que la inescrupulosidad puede convertir a un grupo de médicos en una aglomeración de ratones, donde todos se acuestan con todos, sin importar ni siquiera la similitud en el género sexual. Tiene más truculencia y menos Medicina.
Aparece entonces Doctor House, que para modificar el modelo tuvo que brincar desde el tradicional esquema del paciente con una sintomatología más o menos precisa, aunque de variada peligrosidad, en torno a cuya dolencia logran ponerse de acuerdo varios médicos actuando al mismo nivel y respetándose mutuamente, para finalmente realizar el tratamiento u operación quirúrgica que restableciera la salud de los múltiples pacientes ingresados, todo dentro de los 40 minutos de un episodio regular (los restantes 20 son para la odiosa propaganda mercantilista que nos aliena, en favor de algunos productos que se necesitan en el sistema Capitalista. Como no son imprescindibles, ni siquiera útiles esos bienes, productos y servicios, en el Socialismo, esos 20 minutos se dedican en países como Cuba y Venezuela a resaltar las virtudes y cualidades de no enrrollarse con más de un pensamiento socio-político, ni simpatizar-militar en más de un partido político, para alcanzar la meta superior de conformarse con un solo tobo de agua para cada baño personal, un solo autobús para los traslados de cada conglomerado, un solo bombillo encendido en la casa, un solo canal, un único Patrón –el Estado- y un solo Líder, imprescindible e iluminado, quien nos guiará por décadas hasta llegar a la encrucijada en que abrazamos de nuevo al odiado Capitalismo, o colapsamos y nos convertimos en pueblo en extinción).
En la serie Doctor House solamente existe la parte del Hospital donde trabajan los siervos con diploma universitario de pre y postgrado bajo las muy estrictas órdenes y arbitrariedades del protagonista esencial, el mensaje subliminal es harto evidente, Democracia Cero, aquí se hace lo que a mí me dé la gana. Los pacientes ingresan sin síntomas precisos, y a lo largo de cada episodio el tirano House y sus inteligentes esclavos con bata, van jugando a las adivinanzas, llegando a diagnosticar hasta ciento veintiocho enfermedades (algunas de las cuales ni siquiera imaginamos que pudieran existir, en el más alocado de nuestros sueños) en cada paciente, hasta que cerca del final del capítulo, House tiene una Epifanía (probablemente derivada de la mezcla de las pepas que se traga a menudo, como si fueran caramelitos de menta, y los corrientazos que se generan en su rodilla, directamente dirigidos a esa sección del cerebro donde ocurren los descubrimientos más portentosos) y parte de la corriente rodillérica enciende el bombillo del diagnóstico definitivo que permite milagrosamente dar de alta al enfermo gravísimo, a quien han suministrado medicinas y hecho exámenes que serían suficientes para mantener funcionando a cualquier hospital de los nuestros (donde falta presupuesto, personal, medicamentos, equipos, pero sobran pacientes).
Como también a la serie Doctor House le llegaría el turno de hacerse predecible, como en el pasado le ocurrió a Casey, Kildare, ER, Grey’s, los productores no hallaban cómo hacerle frente a la caída del déspota Rating, pues ya las audiencias en el mundo entero se estaban aburriendo hasta de la singularidad del programa. De antemano se sabía que House, médico al fin, descubriría entre docenas de miles de potenciales candidatas, a la propia, a la enfermedad que arrinconaba al pobre paciente, y la definiría junto con el específico tratamiento curativo, para que los televidentes ya pudieran descansar de tanta angustia acumulada. El giro, les fue propuesto por un genio de la industria mediática, alguien que surgió y se ha mantenido en la cúspide de la fama gracias a un prolongadísimo rosario de transmisiones en cadena, comenzando con un “por ahora” que logró convertir un golpe militar absolutamente chimbo y criminal, en el lanzamiento de un producto rentable, La Esperanza repartida por el Caudillo. Los responsables de producir Doctor House enseguida reconocieron las cualidades del cambio que les fue propuesto, revolucionario sin lugar a dudas. La incorporación del nuevo protagonista mantenía los rasgos esenciales de la serie original, pero le añadía nuevos elementos que pulverizarían la monotonía derivada del esquema ya conocido. El programa seguía siendo fiel a su consigna antidemocrática, ni los pacientes, ni el personal del Hospital, ni los miembros del equipo élite de House, valían lo que una afirmación del inglés mudado a Los Ángeles. Pero los cambios fundamentales consistían en que a partir de ahora, ningún médico, ni siquiera House, tendría la última palabra. Lo revolucionario, que seguramente cautivaría audiencias por algunas semanas al menos, monopolizando el Rating, eran tres elementos de la nueva trama; 1. El propio paciente es quien da la cara e informa al mundo entero, 2. el Diagnóstico proviene de una persona que ni es médico ni está en condiciones mentales como para hablar coherentemente, y 3. la enfermedad en sí se mantiene en el más absoluto misterio, a objeto de que cada espectador pueda dar rienda suelta a su creatividad personalísima, y determinar el tipo de enfermedad que tiene quien, desde ahora y por muchos episodios, ha de ser el primordial paciente de la Serie, así como la intensidad y ubicación de la dolencia. Para imprimir más originalidad a la Serie, cada cierto tiempo el paciente dejará el Hospital donde laboran House y su equipo, y se trasladará a una isla en el Caribe, desde la cual no se podrán enviar imágenes relacionadas con actuaciones médicas, pero tendrán eventuales apariciones del Protagonista-Paciente informando acerca de su estado, a su lado el Diagnosticador, ambos disfrazados de deportistas, sin salirse de las premisas iniciales, que son las que dan mayor interés a cada episodio; Qué es lo que en definitiva le aqueja, Dónde lo tiene, Cual es el tratamiento que le aplican, Quiénes son sus médicos tratantes (¿ son mudos o demasiado tímidos ?), A qué distancia está el paciente de los dos extremos del túnel, el de la salud recuperada, o el de la caja de madera con ventanita de vidrio y posterior entierro o cremación, asigún él mesmo escoja, seleccione, opte, lleve gusto o se empeñe y encapriche.
No sabemos por cuanto tiempo pueda sostenerse con alto Rating la serie Doctor House con esta revolucionaria trama, pero intuímos que el tiro le puede salir por la culata, porque así como inspira lástima en algunos, la representación de quien finge sufrir una enfermedad grave, también produce en muchos, enormes expectativas por un final drástico, pues en los casos de protagonistas antipáticos y perjudiciales, que terminen pasando el páramo en escarpines les llega a generar inmensas alegrías a las audiencias que ya consideran insoportable el programa y muy especialmente su protagonista. Aunque el meollo del programa es precisamente no divulgar la específica enfermedad del paciente, pero a la vez dan libertad para que cada televidente trate de deducir su dolencia, yo particularmente pienso que tiene un EGO hipertrofiado con Mentalidad Obsoleta y muy susceptible de dejarse influenciar por remanentes del tumor Estalinista que llegó a hacer Metástasis en buena parte de una generación, durante los 60s y 70s, con visos de Alzheimer Ideológico que les recordar lo que ocurrió con el Muro de Berlín, la URSS, China, Vietnám, y lo que bajo propaganda engañosa, ocurre actualmente en la Cuba de Raúl, el capitalista salvaje.
Edgard J. González.-
La televisión está siempre a la caza de nuevas modalidades para enfrentar el tedio que la repetición necesariamente causa en las audiencias. Del blanco y negro pasamos al color, de las tomas sencillas a partir de dos o tres cámaras, a la simultaneidad de muchas cámaras, incluyendo tomas aéreas, intercaladas con acercamientos que muestran hasta las marcas del acné en las caras de los protagonistas. De las transmisiones en vivo y directo, pasamos a los programas grabados y editados, del sonido monofónico saltamos al estereofónico, y ya llegan las imágenes en tres dimensiones, que en algunos equipos ni siquiera requerirán del uso de lentes especiales.
Los temas también varían, hay programas de entretenimiento, telenovelas que son marca registrada de Latinoamérica, documentales sobre la Naturaleza y la Cultura, y Series que abarcan desde cotidianidades hogareñas hasta aventuras en el espacio interestelar, policiales, de vampiros, grupos de solteros o casados en formato de drama o de comedia. Pero nos limitaremos al mundo de la Medicina visto desde la perspectiva de los productores de Hollywood, para representar la evolución en cada submundo televisado, a fin de sorprender a los televidentes y garantizar que se queden enganchados, ofreciéndoles cambios que refresquen las tramas y logren en el público el espejismo de que están frente a algo novedoso, distinto a lo anterior, ergo interesante y digno del tiempo que va a permanecer ante el receptor de imagen y sonido, ante la carnada de una serie que le da al tema un enfoque absolutamente diferente a todos los conocidos previamente.
Los dramas asociados a la salud comenzaron en la TV con los famosos doctores Kildare y Ben Casey , series que giraban en torno a la figura carismática y bonachona de estos galenos, más bien representantes de la praxis médica familiar, pues en general los pacientes pertenecían a un grupo social restringido geográficamente, y todos terminaban conociendo y agradeciendo por su eficaz tratamiento curativo, al galán en bata blanca con el estetoscopio al cuello.
La modernización en los enfoques trajo consigo modelos mucho más complicados, desde grandes hospitales surgían los melodramas que secuestraban nuestra atención con cortas escenas en contínuas ráfagas, muchos protagonistas y pacientes simultáneamente, todo convergiendo en múltiples finales, donde por igual se salvaban unos cuantos pero también le declaraban la hora de la muerte a otra porción, como para reflejar lo que sucede en la vida real (aunque los métodos, la parafernalia de equipos y la pulcritud de los ambientes hospitalarios no fuese para nada semejante a la que estamos acostumbrados a encontrar en los países tercermundistas). La serie más popular y representativa de esta etapa fue ER (Emergency Room), a partir de allí tuvieron que devanarse los sesos los creativos de la TV en el imperio, para ingresar a una nueva etapa, que pudiera superar el rotundo éxito obtenido por ER y en lo particular, sus protagonistas. Con Grey’s Anatomy trataron de superar ER pero apenas mostraron que la inescrupulosidad puede convertir a un grupo de médicos en una aglomeración de ratones, donde todos se acuestan con todos, sin importar ni siquiera la similitud en el género sexual. Tiene más truculencia y menos Medicina.
Aparece entonces Doctor House, que para modificar el modelo tuvo que brincar desde el tradicional esquema del paciente con una sintomatología más o menos precisa, aunque de variada peligrosidad, en torno a cuya dolencia logran ponerse de acuerdo varios médicos actuando al mismo nivel y respetándose mutuamente, para finalmente realizar el tratamiento u operación quirúrgica que restableciera la salud de los múltiples pacientes ingresados, todo dentro de los 40 minutos de un episodio regular (los restantes 20 son para la odiosa propaganda mercantilista que nos aliena, en favor de algunos productos que se necesitan en el sistema Capitalista. Como no son imprescindibles, ni siquiera útiles esos bienes, productos y servicios, en el Socialismo, esos 20 minutos se dedican en países como Cuba y Venezuela a resaltar las virtudes y cualidades de no enrrollarse con más de un pensamiento socio-político, ni simpatizar-militar en más de un partido político, para alcanzar la meta superior de conformarse con un solo tobo de agua para cada baño personal, un solo autobús para los traslados de cada conglomerado, un solo bombillo encendido en la casa, un solo canal, un único Patrón –el Estado- y un solo Líder, imprescindible e iluminado, quien nos guiará por décadas hasta llegar a la encrucijada en que abrazamos de nuevo al odiado Capitalismo, o colapsamos y nos convertimos en pueblo en extinción).
En la serie Doctor House solamente existe la parte del Hospital donde trabajan los siervos con diploma universitario de pre y postgrado bajo las muy estrictas órdenes y arbitrariedades del protagonista esencial, el mensaje subliminal es harto evidente, Democracia Cero, aquí se hace lo que a mí me dé la gana. Los pacientes ingresan sin síntomas precisos, y a lo largo de cada episodio el tirano House y sus inteligentes esclavos con bata, van jugando a las adivinanzas, llegando a diagnosticar hasta ciento veintiocho enfermedades (algunas de las cuales ni siquiera imaginamos que pudieran existir, en el más alocado de nuestros sueños) en cada paciente, hasta que cerca del final del capítulo, House tiene una Epifanía (probablemente derivada de la mezcla de las pepas que se traga a menudo, como si fueran caramelitos de menta, y los corrientazos que se generan en su rodilla, directamente dirigidos a esa sección del cerebro donde ocurren los descubrimientos más portentosos) y parte de la corriente rodillérica enciende el bombillo del diagnóstico definitivo que permite milagrosamente dar de alta al enfermo gravísimo, a quien han suministrado medicinas y hecho exámenes que serían suficientes para mantener funcionando a cualquier hospital de los nuestros (donde falta presupuesto, personal, medicamentos, equipos, pero sobran pacientes).
Como también a la serie Doctor House le llegaría el turno de hacerse predecible, como en el pasado le ocurrió a Casey, Kildare, ER, Grey’s, los productores no hallaban cómo hacerle frente a la caída del déspota Rating, pues ya las audiencias en el mundo entero se estaban aburriendo hasta de la singularidad del programa. De antemano se sabía que House, médico al fin, descubriría entre docenas de miles de potenciales candidatas, a la propia, a la enfermedad que arrinconaba al pobre paciente, y la definiría junto con el específico tratamiento curativo, para que los televidentes ya pudieran descansar de tanta angustia acumulada. El giro, les fue propuesto por un genio de la industria mediática, alguien que surgió y se ha mantenido en la cúspide de la fama gracias a un prolongadísimo rosario de transmisiones en cadena, comenzando con un “por ahora” que logró convertir un golpe militar absolutamente chimbo y criminal, en el lanzamiento de un producto rentable, La Esperanza repartida por el Caudillo. Los responsables de producir Doctor House enseguida reconocieron las cualidades del cambio que les fue propuesto, revolucionario sin lugar a dudas. La incorporación del nuevo protagonista mantenía los rasgos esenciales de la serie original, pero le añadía nuevos elementos que pulverizarían la monotonía derivada del esquema ya conocido. El programa seguía siendo fiel a su consigna antidemocrática, ni los pacientes, ni el personal del Hospital, ni los miembros del equipo élite de House, valían lo que una afirmación del inglés mudado a Los Ángeles. Pero los cambios fundamentales consistían en que a partir de ahora, ningún médico, ni siquiera House, tendría la última palabra. Lo revolucionario, que seguramente cautivaría audiencias por algunas semanas al menos, monopolizando el Rating, eran tres elementos de la nueva trama; 1. El propio paciente es quien da la cara e informa al mundo entero, 2. el Diagnóstico proviene de una persona que ni es médico ni está en condiciones mentales como para hablar coherentemente, y 3. la enfermedad en sí se mantiene en el más absoluto misterio, a objeto de que cada espectador pueda dar rienda suelta a su creatividad personalísima, y determinar el tipo de enfermedad que tiene quien, desde ahora y por muchos episodios, ha de ser el primordial paciente de la Serie, así como la intensidad y ubicación de la dolencia. Para imprimir más originalidad a la Serie, cada cierto tiempo el paciente dejará el Hospital donde laboran House y su equipo, y se trasladará a una isla en el Caribe, desde la cual no se podrán enviar imágenes relacionadas con actuaciones médicas, pero tendrán eventuales apariciones del Protagonista-Paciente informando acerca de su estado, a su lado el Diagnosticador, ambos disfrazados de deportistas, sin salirse de las premisas iniciales, que son las que dan mayor interés a cada episodio; Qué es lo que en definitiva le aqueja, Dónde lo tiene, Cual es el tratamiento que le aplican, Quiénes son sus médicos tratantes (¿ son mudos o demasiado tímidos ?), A qué distancia está el paciente de los dos extremos del túnel, el de la salud recuperada, o el de la caja de madera con ventanita de vidrio y posterior entierro o cremación, asigún él mesmo escoja, seleccione, opte, lleve gusto o se empeñe y encapriche.
No sabemos por cuanto tiempo pueda sostenerse con alto Rating la serie Doctor House con esta revolucionaria trama, pero intuímos que el tiro le puede salir por la culata, porque así como inspira lástima en algunos, la representación de quien finge sufrir una enfermedad grave, también produce en muchos, enormes expectativas por un final drástico, pues en los casos de protagonistas antipáticos y perjudiciales, que terminen pasando el páramo en escarpines les llega a generar inmensas alegrías a las audiencias que ya consideran insoportable el programa y muy especialmente su protagonista. Aunque el meollo del programa es precisamente no divulgar la específica enfermedad del paciente, pero a la vez dan libertad para que cada televidente trate de deducir su dolencia, yo particularmente pienso que tiene un EGO hipertrofiado con Mentalidad Obsoleta y muy susceptible de dejarse influenciar por remanentes del tumor Estalinista que llegó a hacer Metástasis en buena parte de una generación, durante los 60s y 70s, con visos de Alzheimer Ideológico que les recordar lo que ocurrió con el Muro de Berlín, la URSS, China, Vietnám, y lo que bajo propaganda engañosa, ocurre actualmente en la Cuba de Raúl, el capitalista salvaje.
EL TEJADO SOBRE EL VIOLINISTA.
EL TEJADO SOBRE EL VIOLINISTA.
Edgard J. González.-
Existen muchas religiones en el mundo, el único que conocemos, yo no profeso ninguna de ellas. No conjugo el verbo creer, prefiero otros verbos, como comprender, tolerar, compartir, amar, vivir. Por ello, para juzgar a una persona lo menos que considero es su religión, me interesan más sus otras cualidades.
Entiendo que hay tres religiones primordiales, la Judía, la Cristiana y la Musulmana, mencionadas según el orden en que aparecieron. Su común denominador es el espacio donde nacen y se desarrollan, el medio oriente, donde se encuentran la denominada Tierra Santa y la mítica Jerusalem, de significación esencial para los tres dogmas. En esa porción del planeta han ocurrido terribles enfrentamientos. Las Cruzadas, que por siglos a comienzos del segundo milenio, desde Europa trataron de imponerle a sangre y fuego la creencia católica a otros pueblos. Los enfrentamientos que constantemente producen heridos y muertos entre árabes e israelíes desde 1948, año en que nace el Estado de Israel, ocupando del territorio árabe una ínfima porción, también comprometido al establecimiento del Estado Palestino a su lado.
Ambos, judíos y palestinos, han conocido persecuciones y diáspora, ambos merecen un hogar nacional permanente. La mayor prueba de que pueden vivir siendo vecinos, es que han compartido ese espacio durante miles de años, y durante los últimos sesenta esa violencia de los extremistas de los dos bandos no ha logrado ni su exterminio ni su renuncia a la tierra de sus ancestros.
Uno de los muchos daños colaterales de esta guerra estéril y absurda es su traslado a otros países, como bandera para que obligatoriamente apoyemos a uno de los dos bandos en ese complicado conflicto histórico. El inmaduro reduccionismo que sólo ve los hechos en blanco y negro, exige que nos ubiquemos incondicionalmente a favor de unos y en contra de sus adversarios, como si no hubiese la opción de que lleguen a un acuerdo en torno a la tantas veces pospuesta división del territorio y la mutua solidaridad entre dos Estados, que tendrían más en común que aquello que hoy los separa y enfrenta.
En Venezuela particularmente hemos disfrutado de la compañía y la contribución al desarrollo del país, de judíos y árabes, durante el tiempo suficiente para considerarlos nuestros hermanos, y desde el afrancesado siglo 19 no hacemos distinciones entre los nacidos en otras tierras y les llamamos -cariñosamente- “musiues” (derivado del “monsieur” mal pronunciado por las mayorías). Hay un episodio que nos enaltece como sociedad sin prejuicios y hospitalaria, ocurrido a finales de 1938 e inicios de 1939, que nos inscribe como pueblo civilizado en medio de la violencia desatada en la Europa amenazada por la barbarie hitleriana, que hizo de los judíos el conveniente chivo expiatorio para consolidar un megalómano proyecto de colonización del mundo, afortunadamente derrotado por las fuerzas aliadas, luego de ocho años de destrucción y salvajismo.
Más de doscientos judíos lograron salvoconductos para salir de la Alemania Nazi, donde su destino inmediato iba del ghetto al campo de exterminio. Pero el régimen nazi movió sus influencias y les negaban el acceso en el Caribe, incluso donde ya tenían el trámite de ingreso autorizado, Trinidad. Los dos barcos con su cargamento de refugiados, el Caribia y el Koenigstein, tocaron puerto en La Guaira, pero tuvieron que proseguir viaje hacia las antillas neerlandesas, hasta que ya en alta mar recibieron la grata información de que el gobierno de López Contreras autorizaba el desembarco de su valioso contenido. Como iban en ruta a Curazao, al retorno el puerto más cercano era Puerto Cabello, donde desembarcaron ya de noche. En enero de 1939 esa localidad era muy poco parecida a la actual. Menos población, limitada infraestructura y escasa iluminación. Sin embargo, la noticia de la llegada de esos musiues perseguidos por el hombre que amenazó con un tercer Reich que duraría mil años (a los doce años apenas estaría suicidándose, ante la evidencia de un fracaso absoluto en su obsesión militarista), llegó a buena parte de los porteños, quienes dispusieron un operativo de recibimiento que incluía iluminar con antorchas y los faros de los pocos automóviles que tenían, y con ello vencer la enorme oscuridad de aquel bastión costero que se ofreció como la segunda imagen de su nuevo hogar. Esos judíos pudieron llegar a la conclusión de que no venían de, sino que estaban llegando al primer mundo, puesto que en la cuna de las civilizaciones se gestaba el exterminio de los que pensaban diferente, y en lo que se catalogaba como la porción salvaje y subdesarrollada, los recibían con los brazos abiertos, les colmaron de sincera hospitalidad y les permitieron rehacer sus vidas sin siquiera preguntarles por su religión. A nivel oficial y a nivel popular encontraron la misma actitud humanitaria que nos conforma como una sociedad bondadosa.
Hoy, cuando en mi país escasean los alimentos y debemos importarlos para medio abastecer los mercados, llevamos diez años de sistemática siembra de odios, e importación de fanatismos ajenos. Me niego a tomar partido por una opción que implique la destrucción del otro. Porque me identifico con quienes abrieron sus brazos y nuestra tierra a judíos y árabes, chinos y colombianos, portugueses y chilenos, españoles y dominicanos, italianos y trinitarios, generando este maravilloso “melting pot” que nos hace un pueblo mestizo y desprejuiciado, a pesar del criminal intento de cultivar racismo entre nosotros. Porque estuve en Dachau y en el refugio de Ana Frank, y rechazo la irresponsabilidad de quienes pretenden negar el Holocausto. Porque estoy en contra de la violencia, y en favor de la coexistencia pacífica (que necesariamente debe ocurrir entre quienes son diferentes, de lo contrario no sería coexistencia), y ello incluye mi respaldo a la simultánea expresión de la nacionalidad sobre un territorio propio, tanto de palestinos como de israelitas. Porque las más duras y bien argumentadas críticas a las respuestas bélicas del Estado de Israel las he conocido por boca o pluma de ciudadanos de ese país, lo que reivindica su carácter democrático y la solidez de sus instituciones. Porque sé que toda moneda tiene dos caras y no acepto la versión de único malo asignada a Israel, mientras ni siquiera mencionan las agresiones perpetradas por los fundamentalistas del lado que pretenden maquillar de angelical. Porque si solamente debo sopesar en la balanza las hazañas de quienes exigen que Israel desaparezca, los Ahmadinejad de aquel lado del océano, los Chávez de este lado, me obligarían a tomar partido por el país burbuja del medio oriente, ese donde se aceptan las diferencias, donde un músico genial puede armar una orquesta con palestinos y judíos, donde los ciudadanos árabes tienen los mismos derechos que los hebreos, donde las mujeres no son animales de tercera, donde las autoridades religiosas no ordenarían mi muerte por expresar criterios contrarios a su fundamentalismo, y donde una Primer Ministro declaró; “Podemos perdonar que los árabes maten a nuestros hijos, no podemos perdonarlos por obligarnos a matar a sus hijos. Tendremos paz con los árabes cuando ellos amen a sus hijos más de lo que nos odian”.
* Recomiendo el mediometraje “Los barcos de la esperanza”, con guión y dirección de Jonathan Jakubowicz . Nos hace sentir orgullo de nosotros mismos.
** Parte del guión se basa en el diario de Leon Zinn, a quien tuve el privilegio de conocer y tratar.
*** Negarse a participar, sea como músico o público, en la representación de “El Violinista sobre el tejado”, más que antisemitismo es simple estupidez. En cine o en obra de teatro es una manifestación cultural de calidad. Los idiotas se la pierden.
Edgard J. González.-
Existen muchas religiones en el mundo, el único que conocemos, yo no profeso ninguna de ellas. No conjugo el verbo creer, prefiero otros verbos, como comprender, tolerar, compartir, amar, vivir. Por ello, para juzgar a una persona lo menos que considero es su religión, me interesan más sus otras cualidades.
Entiendo que hay tres religiones primordiales, la Judía, la Cristiana y la Musulmana, mencionadas según el orden en que aparecieron. Su común denominador es el espacio donde nacen y se desarrollan, el medio oriente, donde se encuentran la denominada Tierra Santa y la mítica Jerusalem, de significación esencial para los tres dogmas. En esa porción del planeta han ocurrido terribles enfrentamientos. Las Cruzadas, que por siglos a comienzos del segundo milenio, desde Europa trataron de imponerle a sangre y fuego la creencia católica a otros pueblos. Los enfrentamientos que constantemente producen heridos y muertos entre árabes e israelíes desde 1948, año en que nace el Estado de Israel, ocupando del territorio árabe una ínfima porción, también comprometido al establecimiento del Estado Palestino a su lado.
Ambos, judíos y palestinos, han conocido persecuciones y diáspora, ambos merecen un hogar nacional permanente. La mayor prueba de que pueden vivir siendo vecinos, es que han compartido ese espacio durante miles de años, y durante los últimos sesenta esa violencia de los extremistas de los dos bandos no ha logrado ni su exterminio ni su renuncia a la tierra de sus ancestros.
Uno de los muchos daños colaterales de esta guerra estéril y absurda es su traslado a otros países, como bandera para que obligatoriamente apoyemos a uno de los dos bandos en ese complicado conflicto histórico. El inmaduro reduccionismo que sólo ve los hechos en blanco y negro, exige que nos ubiquemos incondicionalmente a favor de unos y en contra de sus adversarios, como si no hubiese la opción de que lleguen a un acuerdo en torno a la tantas veces pospuesta división del territorio y la mutua solidaridad entre dos Estados, que tendrían más en común que aquello que hoy los separa y enfrenta.
En Venezuela particularmente hemos disfrutado de la compañía y la contribución al desarrollo del país, de judíos y árabes, durante el tiempo suficiente para considerarlos nuestros hermanos, y desde el afrancesado siglo 19 no hacemos distinciones entre los nacidos en otras tierras y les llamamos -cariñosamente- “musiues” (derivado del “monsieur” mal pronunciado por las mayorías). Hay un episodio que nos enaltece como sociedad sin prejuicios y hospitalaria, ocurrido a finales de 1938 e inicios de 1939, que nos inscribe como pueblo civilizado en medio de la violencia desatada en la Europa amenazada por la barbarie hitleriana, que hizo de los judíos el conveniente chivo expiatorio para consolidar un megalómano proyecto de colonización del mundo, afortunadamente derrotado por las fuerzas aliadas, luego de ocho años de destrucción y salvajismo.
Más de doscientos judíos lograron salvoconductos para salir de la Alemania Nazi, donde su destino inmediato iba del ghetto al campo de exterminio. Pero el régimen nazi movió sus influencias y les negaban el acceso en el Caribe, incluso donde ya tenían el trámite de ingreso autorizado, Trinidad. Los dos barcos con su cargamento de refugiados, el Caribia y el Koenigstein, tocaron puerto en La Guaira, pero tuvieron que proseguir viaje hacia las antillas neerlandesas, hasta que ya en alta mar recibieron la grata información de que el gobierno de López Contreras autorizaba el desembarco de su valioso contenido. Como iban en ruta a Curazao, al retorno el puerto más cercano era Puerto Cabello, donde desembarcaron ya de noche. En enero de 1939 esa localidad era muy poco parecida a la actual. Menos población, limitada infraestructura y escasa iluminación. Sin embargo, la noticia de la llegada de esos musiues perseguidos por el hombre que amenazó con un tercer Reich que duraría mil años (a los doce años apenas estaría suicidándose, ante la evidencia de un fracaso absoluto en su obsesión militarista), llegó a buena parte de los porteños, quienes dispusieron un operativo de recibimiento que incluía iluminar con antorchas y los faros de los pocos automóviles que tenían, y con ello vencer la enorme oscuridad de aquel bastión costero que se ofreció como la segunda imagen de su nuevo hogar. Esos judíos pudieron llegar a la conclusión de que no venían de, sino que estaban llegando al primer mundo, puesto que en la cuna de las civilizaciones se gestaba el exterminio de los que pensaban diferente, y en lo que se catalogaba como la porción salvaje y subdesarrollada, los recibían con los brazos abiertos, les colmaron de sincera hospitalidad y les permitieron rehacer sus vidas sin siquiera preguntarles por su religión. A nivel oficial y a nivel popular encontraron la misma actitud humanitaria que nos conforma como una sociedad bondadosa.
Hoy, cuando en mi país escasean los alimentos y debemos importarlos para medio abastecer los mercados, llevamos diez años de sistemática siembra de odios, e importación de fanatismos ajenos. Me niego a tomar partido por una opción que implique la destrucción del otro. Porque me identifico con quienes abrieron sus brazos y nuestra tierra a judíos y árabes, chinos y colombianos, portugueses y chilenos, españoles y dominicanos, italianos y trinitarios, generando este maravilloso “melting pot” que nos hace un pueblo mestizo y desprejuiciado, a pesar del criminal intento de cultivar racismo entre nosotros. Porque estuve en Dachau y en el refugio de Ana Frank, y rechazo la irresponsabilidad de quienes pretenden negar el Holocausto. Porque estoy en contra de la violencia, y en favor de la coexistencia pacífica (que necesariamente debe ocurrir entre quienes son diferentes, de lo contrario no sería coexistencia), y ello incluye mi respaldo a la simultánea expresión de la nacionalidad sobre un territorio propio, tanto de palestinos como de israelitas. Porque las más duras y bien argumentadas críticas a las respuestas bélicas del Estado de Israel las he conocido por boca o pluma de ciudadanos de ese país, lo que reivindica su carácter democrático y la solidez de sus instituciones. Porque sé que toda moneda tiene dos caras y no acepto la versión de único malo asignada a Israel, mientras ni siquiera mencionan las agresiones perpetradas por los fundamentalistas del lado que pretenden maquillar de angelical. Porque si solamente debo sopesar en la balanza las hazañas de quienes exigen que Israel desaparezca, los Ahmadinejad de aquel lado del océano, los Chávez de este lado, me obligarían a tomar partido por el país burbuja del medio oriente, ese donde se aceptan las diferencias, donde un músico genial puede armar una orquesta con palestinos y judíos, donde los ciudadanos árabes tienen los mismos derechos que los hebreos, donde las mujeres no son animales de tercera, donde las autoridades religiosas no ordenarían mi muerte por expresar criterios contrarios a su fundamentalismo, y donde una Primer Ministro declaró; “Podemos perdonar que los árabes maten a nuestros hijos, no podemos perdonarlos por obligarnos a matar a sus hijos. Tendremos paz con los árabes cuando ellos amen a sus hijos más de lo que nos odian”.
* Recomiendo el mediometraje “Los barcos de la esperanza”, con guión y dirección de Jonathan Jakubowicz . Nos hace sentir orgullo de nosotros mismos.
** Parte del guión se basa en el diario de Leon Zinn, a quien tuve el privilegio de conocer y tratar.
*** Negarse a participar, sea como músico o público, en la representación de “El Violinista sobre el tejado”, más que antisemitismo es simple estupidez. En cine o en obra de teatro es una manifestación cultural de calidad. Los idiotas se la pierden.
ISLA POBLADA DE AVESTRUCES ILUSTRADOS.
ISLA POBLADA DE AVESTRUCES ILUSTRADOS.
Edgard J. González.-
EPISTEMOLOGÍA PARADIGMÁTICA POSMODERNA EVASIVA*, publicado en “A tres manos” el 15 de julio, a 40 días de su envío, tuvo 24 horas después la reacción de Jonatan Alzurú, de un folklórico encuentro el día anterior. Falsa frescura, refiere un título de cuatro palabras que salió mutilado. Lo conocía desde mucho antes de la inventada conversa (también Chávez inventa interlocutores para justificar sus ocurrencias, siempre hay una viejita o un obrero que le dicen cosas). Premeditación, torpemente revelada, agresivos epítetos me dedica; “antidemócrata, de mente totalitaria, que no respeta la diversidad, la diferencia, al otro, no dialoga, sus argumentos son el fundamento de la censura y el principio de una mirada totalitaria”. Me llama “X, alguien que se siente un Dios, tirano o idiota”. Al afirmar que “no había ninguna crítica” evidencia que no leyó o no entendió mi artículo, cuyo contenido ratifico. Envío mi 2º artículo el 15 de noviembre. Favor no mutilar ni aplicar cuarentena.
Aplaudo la confrontación de ideas, aprecio el espacio coordinado con amplitud por Rigoberto Lanz. Más de 400 artículos de docentes e investigadores universitarios. Ideas, opiniones valiosas y útiles. Pero siguen en el nivel teórico, cuando ya deberían incluir referencias a las concretas situaciones y factores que constituyen la realidad en que nos encontramos los venezolanos. Me arriesgo a otra reacción intolerante e inquisitorial; Persisto en la propuesta de superar las generalizaciones. Llamar al pan pan, y al fascismo fascismo.
Comparto muchas de sus afirmaciones, porque soy Socialista, aunque sea difícil mantener esa definición en tiempos de militarismo ramplón y plagiario, que la adultera y prostituye. Sostiene Biardeau; “No hacemos tábula rasa ni culto nostálgico a los naufragios ideológicos del socialismo burocrático, una izquierda latinoamericana que fue objeto de una lectura adoctrinadora del dogma-aparato / La derecha borra la articulación entre socialismo y democracia para imponer la tesis del fin de la historia / otra figura de pensamiento único / la relación entre democracia y socialismo quedó abierta como reto pendiente por Rosa Luxemburgo, cuando cuestionó la eliminación de la democracia por Lenin y Trotsky. / El marxismo-leninismo liquidó la democracia y el socialismo humanista / Socialismos sin democracia socialista son figuras despóticas de la izquierda / hay alternativas distintas al socialismo de Estado”. Comparto lo anterior, critico que no mencione protagonistas y acontecimientos. Las decenas de millones de seres humanos que sufrieron persecuciones, vejámenes, prisión o muerte, nos exigen describir a sus verdugos; Stalin, Mao, Pol Pot, Ceaucescu, Fidel, y los demás criminales que, siempre en nombre de la Justicia Social, degradaron la utopía y oprimieron sus respectivas sociedades. Erró Fukuyama, eso no desmiente el colapso de la URSS ni justifica los costosos caprichos que pretenden resucitar la guerra fría. Rosa Luxemburgo repudiaría lo que ocurre, en nombre del Socialismo, en Cuba, Zimbawe, Corea del Norte, Birmania y Venezuela.
Rigoberto Lanz sobre Edgar Morín; “No es posible pensar una cosa y desmentirla en la conducta práctica de la vida cotidiana Los repertorios teóricos que estarían disponibles para orientar un proceso revolucionario están todos ellos averiados Nadie va a estar con remilgos ideológicos si de lo que se trata es de ganar unas elecciones”. RL debería escribir con la sencillez de su evocación al amigo Librero fallecido, y denunciar la estafa ideológica representada por los Mario Silva, los Alberto Nolia, Las Cilia Flores y demás especímenes que ejercen los vicios más degradantes fungiendo de socialistas, la maniobra fascista detrás de la Lista Tascón, el inmerecido y grotesco culto en torno a Chávez, gorila bebé que memoriza párrafos de manuales y pretende copiar el fiasco cubano.
Suficiente de Marx y Gramsi. Los lectores agradecerían referencias a la programación de VTV, Hojilla incluida, los casos Anderson, Antonini, 11 de abril, Simonovis-Vivas-Forero-Usón, calidad en la UBV, las Misiones, el PSUV, inmunidad de la familia Chávez, las relaciones con Irán, Bielorrusia, Zimbawe, Cuba, las FARC, la carrera armamentista, la inflación. ¿Socialismo del siglo 21?
Edgard J. González.-
EPISTEMOLOGÍA PARADIGMÁTICA POSMODERNA EVASIVA*, publicado en “A tres manos” el 15 de julio, a 40 días de su envío, tuvo 24 horas después la reacción de Jonatan Alzurú, de un folklórico encuentro el día anterior. Falsa frescura, refiere un título de cuatro palabras que salió mutilado. Lo conocía desde mucho antes de la inventada conversa (también Chávez inventa interlocutores para justificar sus ocurrencias, siempre hay una viejita o un obrero que le dicen cosas). Premeditación, torpemente revelada, agresivos epítetos me dedica; “antidemócrata, de mente totalitaria, que no respeta la diversidad, la diferencia, al otro, no dialoga, sus argumentos son el fundamento de la censura y el principio de una mirada totalitaria”. Me llama “X, alguien que se siente un Dios, tirano o idiota”. Al afirmar que “no había ninguna crítica” evidencia que no leyó o no entendió mi artículo, cuyo contenido ratifico. Envío mi 2º artículo el 15 de noviembre. Favor no mutilar ni aplicar cuarentena.
Aplaudo la confrontación de ideas, aprecio el espacio coordinado con amplitud por Rigoberto Lanz. Más de 400 artículos de docentes e investigadores universitarios. Ideas, opiniones valiosas y útiles. Pero siguen en el nivel teórico, cuando ya deberían incluir referencias a las concretas situaciones y factores que constituyen la realidad en que nos encontramos los venezolanos. Me arriesgo a otra reacción intolerante e inquisitorial; Persisto en la propuesta de superar las generalizaciones. Llamar al pan pan, y al fascismo fascismo.
Comparto muchas de sus afirmaciones, porque soy Socialista, aunque sea difícil mantener esa definición en tiempos de militarismo ramplón y plagiario, que la adultera y prostituye. Sostiene Biardeau; “No hacemos tábula rasa ni culto nostálgico a los naufragios ideológicos del socialismo burocrático, una izquierda latinoamericana que fue objeto de una lectura adoctrinadora del dogma-aparato / La derecha borra la articulación entre socialismo y democracia para imponer la tesis del fin de la historia / otra figura de pensamiento único / la relación entre democracia y socialismo quedó abierta como reto pendiente por Rosa Luxemburgo, cuando cuestionó la eliminación de la democracia por Lenin y Trotsky. / El marxismo-leninismo liquidó la democracia y el socialismo humanista / Socialismos sin democracia socialista son figuras despóticas de la izquierda / hay alternativas distintas al socialismo de Estado”. Comparto lo anterior, critico que no mencione protagonistas y acontecimientos. Las decenas de millones de seres humanos que sufrieron persecuciones, vejámenes, prisión o muerte, nos exigen describir a sus verdugos; Stalin, Mao, Pol Pot, Ceaucescu, Fidel, y los demás criminales que, siempre en nombre de la Justicia Social, degradaron la utopía y oprimieron sus respectivas sociedades. Erró Fukuyama, eso no desmiente el colapso de la URSS ni justifica los costosos caprichos que pretenden resucitar la guerra fría. Rosa Luxemburgo repudiaría lo que ocurre, en nombre del Socialismo, en Cuba, Zimbawe, Corea del Norte, Birmania y Venezuela.
Rigoberto Lanz sobre Edgar Morín; “No es posible pensar una cosa y desmentirla en la conducta práctica de la vida cotidiana Los repertorios teóricos que estarían disponibles para orientar un proceso revolucionario están todos ellos averiados Nadie va a estar con remilgos ideológicos si de lo que se trata es de ganar unas elecciones”. RL debería escribir con la sencillez de su evocación al amigo Librero fallecido, y denunciar la estafa ideológica representada por los Mario Silva, los Alberto Nolia, Las Cilia Flores y demás especímenes que ejercen los vicios más degradantes fungiendo de socialistas, la maniobra fascista detrás de la Lista Tascón, el inmerecido y grotesco culto en torno a Chávez, gorila bebé que memoriza párrafos de manuales y pretende copiar el fiasco cubano.
Suficiente de Marx y Gramsi. Los lectores agradecerían referencias a la programación de VTV, Hojilla incluida, los casos Anderson, Antonini, 11 de abril, Simonovis-Vivas-Forero-Usón, calidad en la UBV, las Misiones, el PSUV, inmunidad de la familia Chávez, las relaciones con Irán, Bielorrusia, Zimbawe, Cuba, las FARC, la carrera armamentista, la inflación. ¿Socialismo del siglo 21?
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